De Ayrton Senna lo encandiló el coraje y esa hombría con la que el brasilero se paraba ante el mundo. De Lewis Hamilton, la técnica. Y de Matías Rossi, su referente a nivel nacional, los códigos dentro del auto y la humildad afuera, con la gente.
Aunque tiene apenas 16 años, Francesco “Chicho” Grimaldi es todo un experimentado en el mundo de los fierros. Sobre su espalda carga ya ocho años en las pistas. En busca de su propio perfil, ese que construye con lo mejor de cada uno de sus ídolos, el posadeño pisa fuerte el acelerador y crece dentro del automovilismo nacional. Su ámbito, por el momento, es el karting, aunque ya recibió propuestas para subirse a un monoplaza de la Fórmula Renault.
Ahí, a la hora de ilusionarse, “Chicho” clava los frenos. El adolescente prefiere, como sus ídolos, ser cauto. Ir paso a paso. Carrera a carrera. Año tras año. Y los sueños de a poco se hacen realidad: el último finde se ganó una plaza para correr el Rotax International Trophy, que tendrá lugar del 22 al 25 de agosto en el mítico Le Mans de Francia.
Sobre sus inicios, el presente, el futuro y los esfuerzos por llegar con el presupuesto para esa carrera, entre otras cosas, es que “Chicho” habló con EL DEPORTIVO tras su llegada a Misiones desde Zárate, donde el domingo ganó la sexta fecha del Rotax Blue. Francesco pide pista.
¿Cómo empezaste a correr?
Fue a los 8 años, a través de mi viejo, Carlos Grimaldi, que corría en el Misionero con un Fiat 600. Empecé a probar y nos ayudó mucho Julio Abente. Me llevaron a entrenar y una de las primeras veces tuve un toque fuerte. Yo no recuerdo mucho, pero me contaron que ahí dejé un tiempo, pero después volví con todo. Y desde ahí no paré más. Empecé en el campeonato provincial, donde fui campeón tres veces, y después fuimos al ámbito nacional, donde me pude coronar en MicroMax, fui subcampeón en la Junior y campeón en la Copa de Verano, lo que me dio un cupo al Sudamericano.
Eso te permitió tener tus primeras experiencias internacionales…
Sí, primero en Italia y después en Brasil. La primera fue la Rose Cup, que viene a ser como un mundial de karting. Eso fue en 2015, yo tenía 12 o 13 años. Y fue una experiencia inolvidable. La ciudad, Donato, es considerada la cuna del karting europeo, y tiene una pista increíble. Sólo en mi categoría éramos 132 pilotos. Nos fue bastante bien, ganamos una serie y terminamos terceros en la clasificación general.
¿Cómo se vive el karting en Europa?
Es otra realidad. En aquel momento, para que te des una idea, cada equipo tenía masajistas. Es otro mundo, totalmente profesional, vos ves la F1 y ese manejo es similar al que tienen los equipos y pilotos de karting. Imaginate que cada piloto tiene su psicólogo deportivo. Y los equipos ya tenían telemetristas, algo que recién está llegando acá. Se trata de una base de datos que mide tu rendimiento, tus vueltas ideales, si te pasás mucho en una curva, todos los parámetros.
¿Y el Sudamericano?
Eso fue el año pasado, en Granja Viana, San Pablo. Llegué ahí tras clasificar en el Senior Max de la Rotax. Al ganar, te dan un vale que cubre la inscripción y otros gastos. Al principio nos costó bastante porque no conocíamos la pista, pero nos fuimos acostumbrando y terminé cuarto en la final, en una carrera palo a palo con los brasileros. Fue otra experiencia muy linda. Este año ya estoy clasificado para el Sudamericano de Chile.
¿Cómo se dio la posibilidad de competir en Le Mans?
El último domingo se sortearon cupos para ir a Francia, uno por cada categoría de la Rotax Blue, y se nos dio. Por el momento estamos hablando con el equipo y los auspiciantes, porque los costos son elevados y queda poco tiempo. Todavía no está confirmado, pero si conseguimos los fondos, vamos. Estamos buscando sponsors, así que quien quiera colaborar con este sueño, es bienvenido.
Le Mans es mítico para el automovilismo… ¿sería un sueño cumplido competir allí?
Sí, y más aún porque esta es la primera vez que se hace esta carrera. Me gustaría sumar esa experiencia, volver a correr afuera, porque es algo increíble y te da un envión anímico para cuando volvés. Además, Le Mans es un lugar con muchísima historia…
¿Quién es tu máximo ídolo?
Me gusta mucho Lewis Hamilton en la F1, este finde le fue muy mal (risas), pero es uno de mis ídolos. Él y Ayrton Senna son, para mí, los mejores. Y a nivel nacional, me gusta Matías Rossi, me parece un crack y es uno de los que más sigo. Tiene actitudes y una forma de correr que me gusta mucho. Más allá de los resultados, tiene códigos dentro de la pista, no es mala leche, no va y te choca para taparte una vuelta, no barre la pista. Todas esas son cosas pequeñas que marcan la diferencia en un piloto. Además, me gusta la forma en la que se da con la gente, tiene buena onda se lleva bien, es humilde.
El fenómeno Senna trasciende fronteras incluso generacionales, porque es tu ídolo pese a que no tuviste la dicha de verlo correr…
Sí, tal cual, es que siempre me hablaron mucho de él, sobre todo cuando fui a competir a Brasil. Y miré muchos de sus videos, los documentales. Ahí entendí que iba siempre al límite, sin importarle nada, siempre para adelante. Y yo me considero que tengo algo de eso. Senna se la bancaba, iba de frente, a todo o nada.
¿Qué sueños tenés?
A corto plazo, me gustaría empezar a probar un auto con techo. Si bien no es lo mismo, hace poco nos contactó un equipo de Fórmula Renault, así que estamos analizando esa posibilidad. Vamos a ver si se puede dar para el año que viene o el próximo. Y a largo plazo, me gustaría correr en Turismo Nacional, que para mí es la categoría en la que más se dan actualmente en Argentina. Y quién dice que no podamos llegar al Turismo Carretera. Las dos me encantan.
¿Qué es el karting para vos?
El karting es toda mi vida. Corro desde chiquito y con mucha pasión. Cada salida a pista la disfruto al máximo, porque no sé si el día de mañana me voy a poder dedicar o no de lleno a esto. Es lo que siempre me dice mi viejo, que lo disfrute. Y el día de mañana, si se puede, sería hermoso. Para mí, el karting es todo.