
En el segundo trimestre de 2019, la venta ilegal callejera a nivel nacional subió 3% en relación al primer trimestre. Esto es lo que se desprende a partir del Informe de Venta Ilegal Callejera en la República Argentina, elaborado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), como un nuevo registro de los impactos producidos por la crisis económica en todo el país.
El estudio se realizó sobre diez importantes ciudades: Buenos Aires, Rosario, Salta, Neuquén, Posadas, Paraná, Santa Fe, San Miguel de Tucumán, La Plata y Córdoba.
En cuanto a la variación interanual, es decir, respecto al segundo trimestre de 2018, se observó un aumento del 11%. Los incrementos interanuales se observaron con mayor acentuación en CABA, Paraná, Rosario, Santa Fe y La Plata.
Efectuando un análisis por rubros, se encuentra que Indumentaria y calzado fue uno de los más comercializados: en concreto, ocupó la primera posición en Buenos Aires, Rosario, Neuquén, Paraná, Córdoba, Salta y La Plata. Alimentos y bebidas, en cambio, tuvo la primera posición en ciudades como Posadas, Tucumán y Santa Fe.
Influencia en Posadas
En las áreas relevadas de la ciudad de Posadas, durante los últimos tres meses del año se detectaron, en promedio, 45 puestos de venta callejera ilegal. Esto es, 45 puestos en cada uno de los meses del segundo trimestre. En la comparación con el trimestre anterior, no se registraron mayores modificaciones, al igual que en la comparación interanual.
Además, el estudio destacó que en la capital misionera, el rubro con mayor participación fue “Alimentos y bebidas”, con una representación del 67,4%. El segundo lugar lo ocupan las actividades agrupadas en la categoría “Indumentaria y calzado”, con un 13,5%. La tercera posición, en tanto, perteneció a “Librería”, con un 8,4%.
Las cuadras más afectadas fueron Colón al 1900, La Rioja al 1900; y San Lorenzo al 2000, cada una de ellas con un promedio de dos puestos nuevos por mes y una incidencia de 4,4%, cada una.
Crecen los puestos informales
Cabe recordar que tal como publicó este Diario en su edición del 21 de julio, aumentó la cantidad de vendedores informales que instalan sus puestos improvisados alrededor de las ferias francas que operan, principalmente, los fines de semana en distintos barrios populares de la capital provincial.
La mayoría de estos vendedores informales son jubilados y desocupados que manifiestan sentirse “obligados a salir a vender en la calle” para ayudar un poco en la economía hogareña tan afectada por el constante aumento de los precios en la canasta básica y también de los servicios, como la luz, agua y gas.
Así, por el marcado descenso de los ingresos familiares devorados por el encarecimiento del costo de vida, una gran cantidad de personas buscan, con la venta informal, recuperar algo del poder adquisitivo perdido en los últimos meses.
En estos puntos lo que más se comercializa es la ropa usada, en puestos armados sobre las veredas o cualquier espacio verde. De igual manera, la extensa oferta de productos varía entre indumentaria, zapatillas, zapatos, frazadas, colchones, artefactos electrónicos, discos, libros, útiles escolares, elementos de pesca, muebles de madera, juguetes, productos de limpieza, comida y bebidas.