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El único detenido por la masacre de San Pedro, quien se encuentra internado en el Hospital de Agudos Ramón Madariaga, fue imputado este sábado por “femicidio” y “doble femicidio vinculado”, indicaron fuentes del caso.
Por orden del juez instructor de la causa, Gerardo Casco, una comitiva policial de la comisaría Segunda de colonia Terciado Paraíso le notificó el motivo de la detención.
Bajo custodia permanente a cargo de efectivos especializados se aguarda que los médicos le den el alta a Silvio Mogarte, de 27 años, para trasladarlo a un calabozo común. Una vez allí estará en condiciones de prestar declaración indagatoria en el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente y ante el citado magistrado.
Por el momento, el sumario policial del caso sigue en la mencionada jurisdicción, esperando ser elevado a la Justicia.
El pasado miércoles Raquel Pereira (22) y a sus dos hijos, Thiago Joaquín Burgin Pereira (3) y Yeferson Aníbal Pereira (8), fueron asesinados a machetazos.
Se presume que el accionar del sospechoso, quien es expareja de la joven madre, fue durante la media mañana de ese día, siendo hallados los cuerpos recién después del mediodía, en el patio de una humilde vivienda de una zona rural de San Pedro, conocida como Colonia Fortaleza.
El imputado, en tanto, fue auxiliado por un vecino porque presentaba un corte en el cuello y un disparo en la boca. Es que tras perpetrar los crímenes que se le endilgan desde la investigación, intentó sin éxito quitarse la vida.
Para la Policía el caso se encuentra resuelto, sin embargo no fue sencillo determinar que el sospechoso fue quien se pegó un tiro.
Es que en principio la herida de bala no fue detectada, recién cuando fue atendido por médicos descubrieron que presentaba un disparo en la boca, que salió por una de sus mejillas.
El primer día de pericias en la escena del crimen, los efectivos incautaron un machete con manchas similares a sangre.
Recién al segundo día del hecho, cuando se supo de la herida de arma de fuego, se profundizó un rastrillaje en la chacra y allí los uniformados hallaron un rifle de aire comprimido adaptado para calibre 22. Un posterior examen balístico determinó que era compatible con las medidas de los orificios de proyectil que presentaba el sospechoso (uno de entrada y otro de salida).
Finalmente, el guantelete de parafina estableció que manipuló y efectuó al menos un disparo, lo que terminó de cerrar las dudas respecto a un otro posible involucrado en la masacre.
El arma era de su propiedad
Los efectivos establecieron en las últimas horas que el rifle fue adquirido por Silvio Mogarte.
Fue así que en 48 horas el personal policial dependiente de la Unidad Regional VIII -con asiento en San Vicente- pudo prácticamente dar por finalizada la investigación, que estuvo encabezada por el comisario general Juan Aurelio Fernández. Por estas horas y desde la fuerza aguardaban indicaciones de la Justicia respecto a alguna otra medida.
La Policía confirmó que no hubo denuncias previas por violencia familiar o de género de parte de la joven asesinada hacia su expareja. El acusado apenas convivió 45 días con la joven, quien decidió terminar la relación debido a que -al decir de sus padres- su concubino no se llevaba bien con el mayor de sus hijos (el de 8 años). Este corte en la relación habría enfurecido al ahora detenido.
Algunas cuestiones que hacen al trabajo de la Policía Científica podrán dar grado de certeza a la secuencia de los crímenes.
Por el momento se estima que el sospechoso habría aguardado aquel miércoles a que el hermano de su expareja -que se quedaba a dormir- saliera de la vivienda, ubicada en Colonia Fortaleza (a 25 kilómetros del casco urbano de San Pedro).
Luego perpetró el ataque, matando a las víctimas en el patio de la casa. Para ello macheteó entre cuatro y seis veces a la madre y a los dos pequeños. Seguidamente se hizo un corte en el cuello con un cuchillo tipo Tramontina (que fue incautado en el segundo rastrillaje), y se efectuó un disparo en la boca que se cree le despedazó el paladar que utilizaba de prótesis (elemento también secuestrado).
Sin embargo no logró su cometido y fue caminando hasta la casa de un vecino, quien lo auxilió. El caso causó gran conmoción por la saña con la que fueron atacadas las víctimas.
El artículo 80, inciso 12, del Código Penal sostiene que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua” cuando el autor del hecho tiene la intención de matar a un tercero para hacer sufrir a una pareja o expareja.
Con un policía a su lado
Efectivos del Grupo de Intervenciones Rápidas (GIR) y de Infantería de la Policía de Misiones custodian en forma permanente al único detenido por el hecho, quien se encuentra internado en el Hospital de Agudos Ramón Madariaga. Se supo que está fuera de peligro tras autoinflingirse un corte en el cuello con un cuchillo y efectuarse un disparo en la boca (la bala salió por su mejilla), indicaron voceros del caso.
Dicho control policial continuará hasta que sea dado de alta, teniendo en cuenta que no se descarta que pueda volver a atentar contra su vida.
También es para prevenir que pueda ser agredido por otra persona. Se trata de una vigilancia de 24 horas y con personal especializado en este tipo de procedimientos.
Un hombre a su lado permanece haciendo contacto visual y cada 6 horas se hace un cambio de guardia. Hay cuatro uniformados apostados específicamente a esa tarea.
Sólo tuvo contacto con los médicos forenses que le hicieron guantelete de parafina y los bioquímicos que le extrajeron muestras biológicas para ADN y futuros cotejos con muestras obtenidas en la escena y en las víctimas. Además ayer un oficial lo notificó de la imputación en su contra.