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Un lugar para sentarse, algo para picar con amigos mientras hablan sobre astronomía, uso sustentable de la biodiversidad, lingüística, inteligencia artificial, neurociencia, genética, comunicación humana, el ADN o cualquier otro tema de interés. Esto es Café Científico Posadas, la propuesta que en 2013 hicieron a la comunidad tres investigadores del Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA) del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), y que los posadeños abrazaron con ganas y lo convirtieron en un gran éxito de convocatoria mensual.
Por eso, tras enterarse que Café Científico Posadas fue seleccionado entre más de 80 proyectos provenientes de 40 países, como finalista de un foro internacional que premia a las propuestas innovadoras en comunicación y participará en noviembre de la conferencia Falling Walls, en la ciudad de Berlín, uno de sus ideólogos, Julián Ferreras, aseguró a PRIMERA EDICIÓN que “esta es la séptima temporada del Café Científico Posadas y es muy grato ver su desarrollo a lo largo de los años, la gente de todas las edades no sólo va a las convocatorias sino que participa y se apropió de la experiencia y para nosotros ese es el mayor logro, lo máximo que podíamos pedir. Lo de Berlín es un reconocimiento a esa comunidad que se armó. Creo que la esencia de Café Científico no cambió en estos siete años, esencialmente seguimos siendo un grupo de gente que nos juntamos a charlar y creo que eso es fundamental porque llegamos hasta acá porque todos nos sentimos cómodos charlando como una comunidad. Por eso, esta nominación es motivo de orgullo para toda la comunidad de Café Científico Posadas y no sólo para los tres que comenzamos”, aseguró.
Sin efectos especiales
Además, recordó que el atractivo del café no es que sea un show de ciencia con experimentos científicos, sino que “sólo nos juntamos a charlar de un tema, así de sencillo, profundo y tan básico y a la vez tan importante para nuestra sociedad como es juntarse a compartir ideas”.
Fiel a sus principios, Café Científico Posadas nació, creció y se consolidó como una invitación abierta y con entrada gratuita. Sólo se paga el servicio de cantina y el consumo no es obligatorio.
Las primeras veladas tuvieron lugar en la sala Mandové Pedrozo y en la actualidad se realizan en el Centro del Conocimiento, siempre el último viernes de cada mes. Desde sus inicios, la convocatoria fue muy popular por lo que en más de una ocasión el lugar quedó chico para responder a la demanda.
La propuesta se consolidó como un ámbito informal de divulgación, amigable tanto para los expertos como para el público en general, pues permite establecer un diálogo directo y sin barreras entre la comunidad científica y la sociedad.
Entre los 20 seleccionados
Fueron 20 los proyectos seleccionados por este programa internacional que busca resaltar la responsabilidad de la comunidad de investigadores por el bien común y difundir la alfabetización científica, con un enfoque especial en los grupos difíciles de alcanzar. Los ganadores recibirán financiamiento para potenciar sus iniciativas.
La conferencia se realizará el 8 y el 9 de noviembre de 2019 en Berlín. Para presentar la propuesta del Café Científico Posadas viajará el investigador adjunto del CONICET en el IBS y uno de los impulsores de la iniciativa, Julian Ferreras.
“En junio enviamos la postulación y, para nuestra sorpresa, la semana pasada nos comunicaron que estábamos entre los 20 seleccionados, obviamente estamos muy emocionados”, contó el investigador a PRIMERA EDICIÓN.
Ciencia para todos
Se recibieron de licenciados en Genética en la Universidad Nacional de Misiones y cada uno siguió su camino: Julián Ferreras hizo su doctorado en biología molecular en Madrid y luego investigó nueve años en Nueva York; Marcos Miretti se doctoró en Brasil y siguió sus estudios post doctorales en la Universidad de Cambridge; Karina Argüelles se doctoró en genética humana en Buenos Aires. Hace poco más de nueve años, estos tres científicos volvieron a elegir Posadas para vivir, investigar y trabajar. Julián y Marcos fueron repatriados por el Gobierno nacional y, pese a no ser misioneros, eligieron esta provincia para echar raíces. Lo mismo Karina que está lejos de su Chubut natal. Con el apoyo del CONICET, de la UNaM y con fondos propios pusieron en marcha el laboratorio Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA). Ellos son los que en mayo de 2013 lanzaron el Café Científico Posadas.
Es una experiencia que sale del ámbito académico, permite a las personas preguntar a los científicos y obliga a éstos a adecuar el lenguaje. “No hay una dinámica específica, la idea es hacerlo lo más descontracturado posible para generar el diálogo. En los primeros encuentros teníamos miedo que la gente nos escuche y se quedara callada… pero nada de eso pasó, se generó un clima de intercambio y construcción del conocimiento muy agradable”, recordó Ferreras.