Cientos de personas marcharon anoche con una sola premisa: buscar justicia por la ejecución de un joven local.
Más de 500 personas, algo pocas veces visto en Santa Ana, caminaron con pancartas alusivas y se dirigieron a la comisaría local. Una vez allí indagaron a las autoridades sobre varios aspectos que rodean crimen de Víctor Fernando Márquez Do Santos (16).
Una de las persistentes dudas que impulsaron a la comunidad fue el calibre del arma que emplearon para matar al chico, una pistola 9 milímetros.
Al respecto, el mayor Juan Rodríguez, titular de la Unidad Regional XIII de San Ignacio (de la cual depende Santa Ana), manifestó que “ese tipo de arma de fuego es propia de distintas fuerzas de seguridad, no solamente de la policía. No obstante, no se descarta nada, se está investigando a fondo y prometo que vamos a encontrar a el o los autores, no vamos a detener a ningún perejil. Les pido que no tengan miedo de hablar, aporten datos”.
Tal y como informara este Diario, el caso se quedó sin detenidos ya que quienes fueron demorados pocas horas después del crimen ya recuperaron la libertad.
La pesquisa no descarta nada y se enfoca en varias hipótesis. Por ello es que las autoridades insistieron en la posibilidad de que alguien pueda aportar datos que permitan llegar hasta el o los culpables.
Tristeza
La familia de Víctor convocó a quienes querían participar de la marcha a las 20 en plaza central del pueblo, frente a la Municipalidad.
Fue así que poco a poco y muy puntuales y respetuosos, se fueron sumando a la marcha familias enteras, personas de todas edades y de distintos barrios de Santa Ana.
“Queremos respuestas por el crimen de Víctor”, clamó la multitud en medio de aplausos, prendiendo velas y exhibiendo numerosas pancartas con distintas consignas.
Algunas expresaban “mañana puede ser cualquier otro joven la víctima” y otras reclamaban que “el caso no quede impune”.
Mientras todos se concentraban, en los minutos previos al inicio de la marcha que se dirigió hasta la comisaría local, la atmósfera se volvió el doble de triste, el doble de angustiante para familiares, amigos y vecinos del joven asesinado.
Es que el pasado lunes a la muerte de Víctor se sumó la de su padre, Filiberto Márquez Do Santos (66), quien no soportó el indescriptible sentimiento de tristeza de ver a su hijo muerto y sufrió un infarto que le costó la vida. Todos fueron conscientes de que la marcha debía ser también en honor al padre que murió pidiendo justicia para su hijo.
Una vez frente a la comisaría, Cintia, una de las hermanas de Víctor, se descompensó y debió ser asistida por paramédicos.
Luego se hizo entrega de un petitorio, firmado por numerosos vecinos de la comunidad, a los jefes de la seccional para que lo elevaran al Ministerio de Gobierno de la Provincia para que Santa Ana cuente con un Comando Radioeléctrico en apoyo a los efectivos que prestan servicio en la comisaría.
Los participantes de la marcha estuvieron durante casi una hora en el lugar. A la consigna de “justicia por Víctor y Filiberto” se sumó el reclamo por más seguridad para la comunidad. Al finalizar, los parientes de Víctor adelantaron que van a “reiterar la marcha todas las veces que sea necesario, porque mañana le puede tocar a otro joven de la comunidad”.