Lupotti, especialista en cirugía de hombro, codo, muñeca y mano, explicó a Télam que esa clase de fractura “se asocia con adultos jóvenes que practican deportes” o con “caídas de altura durante la actividad laboral”.
“Los accidentes de tránsito también aportan una cuota considerable a este tipo de lesiones y, muy frecuentemente, también se relacionan con problemas en los ligamentos, que pueden pasar desapercibidas en el inicio pero luego dejan secuelas muy limitantes”, explicó el médico.
Otro grupo que padece ese tipo de fractura son los pacientes mayores de 60 años, “sobre todo mujeres que, con caídas simples en la vía pública o domésticas por cuadros de osteoporosis, con frecuencia se quiebran la muñeca”.
“Generalmente esos cuadros producen dolor, deformidad, limitación funcional y disminución de la fuerza. Pueden ser fracturas estables o inestables, según el número de fragmentos que la compongan, si comprometen o no la articulación, la calidad ósea y si se asocian o no a quebraduras del cúbito”, detalló Lupotti.
Con respecto a los tratamientos disponibles, el traumatólogo describió que “pueden ir desde la simple inmovilización con yeso o férula -para las más simples o estables- hasta la necesidad de reducción (acomodar hueso) y yeso o cirugía”.
Y agregó que si la patología no se trata en tiempo y forma, puede ocasionar problemas futuros “como dolor, artrosis, disminución de movilidad y fuerza, ruptura espontánea de tendones y síndrome de túnel carpiano, entre otros”.
Fuente: Télam