El historiador Juan Marcelo Albarracín (34) lleva escritos tres libros: dos sobre la Capital Nacional de la Madera y, otro, sobre El Soberbio. Su investigación hizo cambiar la fecha de fundación de la ciudad, del 21 de mayo de 1967 al 27 de septiembre de 1961. El licenciado tiene dudas sobre el origen del nombre de la ciudad y pretende dilucidar ese misterio. Se califica como un investigador y está cursando la maestría en Cultura Guaraní Jesuítica. Pretende seguir investigando sobre la historia de su pueblo.
Hace dos semanas presentó su trabajo denominado “¿Colonos o Pioneros? en el poblamiento de San Vicente”, que fue escrito e impreso en 2018. El escenario fue el Concejo Deliberante local. En el 2017 presentó su libro “Historia Económica de San Vicente; San Vicente el desarrollo socioeconómico de Misiones” y este año presento su libro también de investigación: “El Soberbio, Sus inicios en la historia del Alto Uruguay”, en producción con la licenciada María Clelia Lucas de esa ciudad fronteriza.
Albarracín es profesor y licenciado en Historia, recibido en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM. Trabaja como docente en la rama secundaria y terciaria en San Vicente, pero su pasión es la investigación. Con su trabajo de tesis para recibirse de licenciado encontró documentos de San Vicente desconocidos en la comunidad. Luego transformó esa investigación en su primer libro “Historia Económica de San Vicente; San Vicente el desarrollo socioeconómico de Misiones” y lo presentó hace dos años.
Este fue el trabajo de la tesis final para su carrera de licenciado y la hizo en base a la historia económica de San Vicente. En la Capital Nacional de la Madera no se encontraron muchos documentos históricos de sus primeras décadas, entre 1940 y 1970. Eso le llevo a investigar en los archivos de la provincia. Ahí encontró documentos históricos justificando el cambio de la fecha de fundación de su ciudad. Entre estos interesantes materiales se encontraba el Decreto del 27 de septiembre de 1961, donde explicita el nombre de San Vicente al paraje que está enclavado en el kilómetro “260” de la Ruta Nacional 14.
El joven historiador sanvicentino siente que la investigación histórica es lo que le gusta hacer. “Soy investigador. Hice la carrera de licenciado en historia para hacer investigación histórica. No me siento escritor pero el trabajo de un investigador se plasma en los escritos finales. Si me dieran a elegir me abocaría por completo a revolver los archivos históricos. También me encanta el trabajo de profesor porque comparto con los chicos esa pasión y trato de transmitirla”, manifestó.
Su primera investigación ya hizo historia en San Vicente. Antes se había establecido como fecha de fundación de la ciudad el día 21 de mayo de 1967 porque una empresa local realizó la venta de un loteo de terrenos y quintas en el “kilómetro 260” de la ruta Nacional 14. El hallazgo del Decreto Provincial N° 3333/61 hizo que se incluya en la Carta Orgánica Municipal en el Artículo 1 junto a la denominación la fecha de fundación el 27 de septiembre de 1961. Eso cambio la fecha de celebración de la fundación de esta localidad del 21 de mayo al 27 de septiembre.
Luego de su primera investigación que terminó en la obra “Historia Económica de San Vicente; San Vicente el desarrollo socioeconómico de Misiones” editado e impreso en el año 2017, el autor aclaró que tiene “el carril en la parte económica, pero habla de lo social y lo político. Pero es más económico, como influyó la economía en la formación de la ciudad”. Luego vino su segundo título “¿Colonos o Pioneros? En el poblamiento de San Vicente” que fue presentado en el año 2018 y su contenido tiende a relatar la parte social. “Tiene que ver más con el arraigo de las personas y porqué vinieron a establecerse en este lugar. Cuentan más anécdotas y vivencias de los primeros que se arraigaron en el municipio y tiene fotografías, imágenes e infografías”.
Pero Albarracín no se queda con sus dos obras literarias, sino que siente que hay mucho más para investigar y escribir de San Vicente. “Para mi faltaría más investigación. Siento que habría que hacer dos o tres investigaciones más para completar la historia. Hay una parte que no está contada y no hay muchos documentos que correspondan el período previo a la municipalización. Hay cosas que no me cierran y uno como historiador siente que no están completas. También están los primeros años de la municipalidad sobre la que hay documentaciones en la ciudad más allá que muchos archivos se quemaron el 13 de marzo de 2006”.
El joven historiador tiene un gran interrogante que tratará de dilucidar. Quiere saber porqué y quién le puso el nombre a esta ciudad. Existen dos grandes posturas y los datos solo son relatos que trascendieron en el tiempo. “Me remito a las documentaciones y quiero develar este misterio”, dijo. Por un lado, está la versión de la iglesia Católica de San Vicente y del padre Jorge Maniak. Aseguran que en una oportunidad el sacerdote viajó a Posadas por gestiones y pidió uno de los santos que estaban cambiando en la catedral. La última imagen que quedaba era la de San Vicente. Eso fue después de 1967 cuando este sacerdote se afincó en el municipio.
Pero hay otra versión que dice que el empresario Gabino Tejeda, que instaló aquí una fábrica maderera, era oriundo de San Vicente, provincia de Buenos Aires, y dijo que quería que esta “ciudad” se llamara igual. Esta versión cobró mucha más fuerza cuando Albarracín encontró el Decreto N° 3333. Pero no está asegurada.
Su tercera obra es compartida con la licenciada María Clelia Lucas. Se trata de “El Soberbio, sus inicios en la historia del Alto Uruguay”. Tiene que ver con una investigación sobre los inicios del pueblo a orillas del río Uruguay. Albarracín aclaró que “se hizo fácil conseguir documentos y escritos sobre esta ciudad. La gente colaboró mucho aportando datos, imágenes y escritos, donde muestra el nacimiento y el crecimiento” de la Capital de la Esencia.
Albarracín esta terminando de cursar la maestría en “Culturas Guaraní Jesuíticas”, en la Facultad de Artes, de la UNaM. “Siempre me gustó la investigación, no soy escritor. Siempre me gustó estar con los archivos, las fotos, charlar con las personas sobre la historia y todo lo que se relacione con la historia y obtener datos. Recordar cuestiones básicas que la gente recuerda que puede servir para describir su vida”.
Contó que para encontrar archivos sobre San Vicente “tuve que escarbar mucho. Acá no hay casi nada. Tuve que ir a Posadas a buscar notas y documentaciones. Lo conseguí en el Archivo de la Casa de Gobierno y en otras instituciones del Poder Ejecutivo o Legislativo de la provincia”.
Hay dos cuestiones para hacer un balance. “Estamos todavía en una ciudad joven y hay gente que se interesa por saber qué hicieron sus abuelos y otros que no le dan mucha importancia de lo que está escrito sino que prefieren quedarse con los recuerdos de sus padres, abuelos y los suyos. La gente no tiene problemas para colaborar y pasar datos. Después que publique los dos libros de San Vicente mucha gente se enteró y se comunicó conmigo. Me pidió que la vea y me pasa datos y que me sirven para completar o agregar a la segunda edición que estoy preparando. La gente le gusta aportar”, aseguró