A las casi 400 fojas -dos cuerpos- del expediente con las actuaciones de los investigadores de la Dirección Homicidios y las pericias de la Policía Científica, que están bajo estudio de las partes intervinientes en la causa por la muerte del adolescente Víctor Fernando Márquez Dos Santos, se deberán sumar los testimonios de alrededor de cuarenta personas que fueron citadas y deberán presentarse a partir del lunes 16 de septiembre ante el juez Fernando Luis Verón.
El relevamiento de estos testigos será puntilloso y clave porque podría aliviar o complicar aún más la situación de los dos oficiales y un suboficial detenidos por el crimen de menor de 16 años.
Los tres sospechosos estaban a cargo de la patrulla que interceptó o se cruzó con Víctor Dos Santos durante la madrugada del sábado 24 de agosto. Y uno de ellos, de acuerdo a los primeros datos y evidencias el oficial de servicio de la guardia de la comisaría de Santa Ana, fue quien le habría disparado en un ojo a la víctima reducida en el piso boca arriba y sin oponer resistencia, arrancándole la vida en el instante.
De los resultados de las pericias a las armas, la pistola nueve milímetros del oficial subayudante de 32 años dio positivo y es hasta el momento una de las presuntas pruebas centrales de la investigación.
De lograrse una reconstrucción coincidente de lo sucedido con los relatos que deben judicializarse ante el magistrado mencionado, se evalúa por decantación una imputación efectiva y que determine el autor del hecho y a los partícipes respectivos.
La muerte del estudiante secundario, cursaba el segundo año de la Escuela de Comercio 10, fue descubierta pasadas las 6 del sábado 24 de agosto, en una calle lateral al mismo colegio al que concurría.
La investigación señala que fue ejecutado. El balazo le atravesó el cráneo.
De los testimonios que se aguardarían, varios de ellos corresponden a vecinos que escucharon detonaciones de armas de fuego y otros que vieron correr, al menos, a un joven que huía de la zona.
La pista policial siempre estuvo en carpeta de los investigadores de Homicidios de la fuerza de seguridad. Una semana después del crimen siete efectivos de la comisaría de Santa Ana fueron detenidos tras la seguidilla de allanamientos ordenados y encabezados por el magistrado de turno.
Las aprehensiones alcanzaron a la totalidad de la guardia de la seccional de la noche del viernes 23 y madrugada y mañana del día siguiente.
Los procedimientos también fueron realizados en la dependencia policial, donde se secuestraron los libros de registros, que se presume, fueron adulterados por el principal sospechoso para quitar datos escritos que ubiquen la camioneta Chevrolet S-10, la patrullera, en la que se movilizaban y de la que descendió el supuesto autor del homicidio para apuntarle y gatillarle a Víctor en la cara.