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La eldoradense Mariela Chamorro (44) vivió la semana pasada un momento único al ser recibida por el papa Francisco, en el marco de la gira africana del Pontífice con escala en Mozambique.
La representante de la tierra colorada dialogó con Francisco sobre su misión en ese continente y acompañó a jóvenes que le contaron acerca del proyecto “Fútbol con valores”.
Tras este encuentro, PRIMERA EDICIÓN dialogó con la voluntaria misionera, quien contó su experiencia en el encuentro con Jorge Bergoglio.
“Soy hermana misionera redentorista y desde hace más de un año estoy en una misión en Muvamba, Mozambique. La semana pasada visitó este país el papa Francisco y en la ocasión, junto a la hermana Hortencia, jóvenes y laicos fuimos recibidos por el Sumo Pontífice”, relató la eldoradense.
A lo que añadió: “Tuvimos la suerte y el honor de tener una audiencia privada. Allí, el Papa recibió a la Fundación Scholas Ocurrentes, ya que uno de los proyectos de Scholas se lleva adelante en la zona de la parroquia donde estoy, y es el proyecto ‘Fútbol con valores’. En la ocasión los jóvenes presentaron parte de su trabajo en la parroquia y en las comunidades donde se lleva adelante este proyecto”.
“Sencillo y accesible”
Consultada acerca de lo que sintió al estar junto al argentino que desde hace años es la máxima autoridad de la Iglesia católica, respondió que “en lo personal fue muy grato poder saludarlo, contarle parte de nuestra misión religiosa en África y acompañar a los jóvenes para que le cuenten su proyecto futbolero. Estoy muy contenta y orgullosa de haber sido recibida por el Papa, un hombre sencillo y accesible. Escuchó a todos, hizo preguntas, compartimos unos mates y en principio una entrevista pautada para 15 minutos duró más de media hora”, reveló.
También contó una anécdota que el Papa les transmitió a los jóvenes: “Cuando yo era chico también jugaba en Argentina con una pelota de trapo, ya que era muy difícil en ese tiempo para mi familia comprar una pelota de cuero”, recordó.
Además, les dejó un mensaje de esperanza para seguir desenvolviéndose en el deporte con valores, como también en otras actividades y habilidades artísticas.
Muchísimo por hacer
Chamorro cumple su tarea misionera en Muvamba, en la provincia mozambiqueña de Inhambane. “Lo mío es una misión rural, la parroquia tiene más de 50 comunidades, donde se llega una vez al año. Estas comunidades están organizadas en zonas pastorales”, describió.
Allí “el trabajo para hacer es muchísimo y de todo tipo: social, humano, educativo, de fe, entre otros. El equipo misionero está compuesto por la hermana Hortencia, dos sacerdotes y yo. Además, colaboran laicos que nos ayudan al entendimiento de la lengua local, que es el xitswa, pese a que el idioma oficial del país es el portugués”.
Asimismo resaltó que “la necesidad mayor de esta zona es el acceso al agua potable. Es una zona rural y de familias productoras. Otras necesidades son el acceso a la salud, porque el hospital más cercano está a más de 60 kilómetros, y el acceso a la educación también es todo un problema”. Pese a todo lo que sufrió y sufre, “el pueblo mozambicano es alegre, festivo, canta y baila. Un pueblo con mucho ánimo y espíritu. La mujer, como siempre, es la más desfavorecida en una sociedad patriarcal. Desde nuestro lugar siempre tratamos de ayudarlas, como así también a los niños”, explicó.
El balón para Messi
Mariela Chamorro contó que “días atrás se le entregó al astro argentino Lionel Messi un ‘balón educativo’ hecho con trapos, plásticos e hilos, confeccionado en nuestras comunidades, en Chicomo. Un balón de similares características se le regaló al papa Francisco, que se mostró muy contento y agradecido”.