La Selección Argentina de Básquetbol no pudo contra España y finalizó subcampeón en el Mundial de China 2019. El equipo de Sergio Hernández, no pudo hacer nada ante los europeos, se vio superado durante todo el encuentro y no pudo mostrar la mejor versión que había logrado a lo largo del torneo.
Argentina no logró jugar como en anteriores partidos. La intensidad defensiva y las variantes ofensivas fueron claves para España, que jugó un partido similar a los que hicieron los de Hernández ante rivales como Serbia y Francia.
Pese al 95-75 ante España, la Selección termina un mundial espectacular, en el que rubricó el respeto ya ganado, se quedó con la medalla plateada y aseguró el pasaje a los Juegos Olímpicos del año próximo.
El equipo de Sergio Hernández, que venía de dos batacazos consecutivos ante Serbia y Francia, poco pudo hacer ante los flamantes campeones del mundo, que ganaron de punta a punta en todos los aspectos del juego. Ya desde el arranque quedó en claro que el duelo sería cuesta arriba y como nunca siempre se corrió siempre de atrás.
Las diferencias debajo de los tableros fueron decisivas. España dominó de manera avasallante la lucha por los rebotes (47 a 27), contó con muchísimas dobles oportunidades y así la esperanza solo se redujo a pequeñas rachas por la inspiración individual de Gabriel Deck (24 puntos), por mucho el mejor valor del equipo nacional.
A todo ese escenario se sumó el hecho de que los dos emblemas de la Selección no pudieron refutar el gran nivel que tuvieron durante todo el certamen. Facundo Campazzo (2 de 11 en tiros de campo) no tuvo las luces de otros partidos y Luis Scola (1 de 10 de campo) fue dominado y recién pudo anotar sus primeros puntos en sobre el cierre del tercer cuarto, que terminó con diferencia de 19 (47-66).
En el último cuarto se ganó en intensidad y se llegó a recortar a 12 cuando restaban poco más seis para el cierre (58-70), pero no hubo mucho más para hacer, ya había pasado mucha agua debajo del punto y la distancia era irremontable. Solo quedó tiempo para el aplauso final.
Argentina es subcampeona, se perdió la chance de volver a gritar campeón después de casi 70 años, pero no hay que olvidar la emoción imborrable que transmitió un equipo que dejó todo en la cancha, que despertó orgullo y sentido de pertenencia a lo largo y ancho de todo el país.