La Sala Tempo volverá a levantar el telón este viernes a las 21.30 con la comedia “Diez minutos antes del beso” de Alberto Rojas Apel, una historia de amor divertida donde se plantea muchos interrogantes, protagonizada por Matías Pintos y Emilia Tarragó.
El director de la comedia Williams Sery en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN contó que es un trabajo que tiene muy buena aceptación del público: “Durante cuatro años consecutivos estuvo en cartelera de teatros de Córdoba, también en Buenos Aires, Tucumán, Santa Fe, Chile entre otras salas del país”.
En cuanto a la presentación en Misiones contó que fue a sala llena y con actores locales, “donde la gente disfrutó mucho y los protagonistas pudieron manejar esos tiempos de espera entre la risa y el comentario del público y eso fue soñado”.
El director destacó el cálido recibimiento del público y además el profesionalismo que tienen los actores de la tierra colorada: “Hay gente muy profesional, si bien en su mayoría tienen una formación autodidacta, son muy buenos y sobre todo con muchas ganas y ansias de aprender, con una predisposición que me alegra muchísimo”.
La propuesta
Beto (Matías Pintos) y Maricel (Emilia Tarragó) una pareja que está en su tercera cita se vuelve a encontrar en un bar. Ahí están los dos mirándose, buscando tácticas y estrategias para lograr lo que tanto desean: el beso.
El teatro nos permite meternos en la cabeza del otro, saber lo que piensa, observar con precisión impúdica sus actos. Y también nos da el extraño privilegio de vernos desde afuera. En este caso, de mirarnos a nosotros mismos con la mirada piadosa de la comedia. Reconocernos en esos personajes y reírnos de sus ocurrencias. Entonces el otro se vuelve interrogante que nos atrapa y nos aterra; nos atrae y repele a la vez. Despierta nuestras esperanzas e inseguridades, aquellas que duermen en lo más profundo de nuestra memoria y nuestra piel. El otro es un abismo que nos enfrenta al miedo a saltar y a todos los miedos. Es un signo en una lengua extranjera que aún no aprendimos a hablar y que multiplica hasta el infinito nuestros propios interrogantes, ecos y voces internas.
Volvemos al teatro (¿o era la vida misma?). Aparece en escena otra presencia: el mozo. Nos recuerda algo muy importante: el tiempo es uno de los bienes inmateriales más preciados y más escasos. Allí él es el tiempo, con su tic-tac militante va y viene recordando precisamente que falta eso, que se acaba, que hay que definir, que la espera y la dilación son una trampa muy humana. La inminencia de toda despedida nos vuelve valientes o cobardes…ahí está el dilema. Dar el salto o esperar.
Al igual que a estos personajes la inminencia del fin vuelve urgentes los problemas del amor. Y el amor se convierte en un espejo que nos enfrenta a nuestra propia desnudez. El miedo al ridículo y la vergüenza nos asalta y acobarda. Como Beto y Maricel fabricamos enormes teorías sobre la mente ajena que nos vuelve vulnerables… ¿qué espera de mí?, ¿qué piensa de mí?, ¿me quiere?, ¿le gusta lo que soy? Y nos preguntamos también una y otra vez cómo llegar a los labios del otro ¿podremos llegar al otro lado del abrazo? ¿Podremos? ¿Podrán Beto y Maricel?
Staff
Texto: Laura Abián
Ilustración: Burbuja Abián
Diseño: Rodrigo Benitez
Luces: Ailyn Zayas
Vestuario: Ga Bii – Boy Toy
Asistente de dirección: Julia Barrandeguy
Reservas: 0376 – 155130101
Anticipadas 150 pesos.