El urutaú, también es conocido como el ave del “espanto”, ya que al escuchar su canto, quienes sí lo han hecho aseguran que se puede sentir el peor de los escalofríos. Como es de suponer, un ave tan extraña y con un canto tan notable, dio origen a multitud de leyendas y mitos no sólo en Argentina sino en cada punto de Sudamérica donde vive.
André Thevet, un viajero francés que estuvo en Brasil en el siglo XVI señalaba que “entre todas las aves de esta tierra, existe una que los salvajes no matarían ni aun lastimarían por nada en este mundo … Dicen estas pobres criaturas que ese canto les hace recordar a los seres queridos que fallecieron. Este pájaro sería un enviado de los muertos, trayendo buena suerte para sus amigos que aún viven y desventura para sus enemigos”.
La voz “urutáu” proviene del tupí “(g)u(y)rá”, ave, y “táu”, fantasma, duende. A diferencia del Brasil en Argentina la palabra se hizo aguda: urutaú. Estrictamente el Nyctibius griseus, sería el “urutaú-i”, o urutaú chico.
Es raro toparse con un ejemplar ya que suele camuflarse muy bien entre los troncos de los árboles, pero el pequeño captado en Oberá no tiene nada de tímido ni ganas de ocultarse siquiera tal como se ve en la filmación. Muy atinado lo del vecino de solamente filmarlo y dejar que continúe con su descanso. ¡Felicitaciones y gracias por compartir la experiencia!