La Capital del Monte se convirtió en el primer municipio de la provincia en aprobar, por unanimidad del Concejo Deliberante, un sistema de aprovechamiento de agua de lluvia”, que será obligatorio para las edificaciones estatales y opcional para las privadas.
En la sesión del martes, tras más de dos años de trabajo, los ediles dijeron sí a la utilización de un sistema que es usado en el mundo para aprovechamiento del vital líquido. El proyecto lo presentaron y trabajaron los concejales Raúl Zabala y Abel Aguzezko, a partir de una idea original del ingeniero agrónomo Néstor Munaretto.
Es tal el interés en esta iniciativa que incluso asistió a la sesión el presidente del Ente Provincial Regulador de Agua y Cloacas de Misiones (EPRAC), José Guccione, quien tras la aprobación de la ordenanza, anunció que “queremos que esta normativa que se aprobó en Oberá se extienda a los 76 municipios”.
El edil Abel Aguzezko dialogó con “El aire de las Misiones” que se emite por la FM 89.3 y explicó que “hace un tiempo venimos trabajando sobre esta normativa, la idea original en la parte investigativa es del ingeniero Munaretto y hace hincapié en la recuperación de las cuencas y de la absorción del agua a través del suelo, para que los cauces de los arroyos y ríos no estén sobrepasados por el agua de lluvia. Esta norma es el puntapié inicial y se va ir perfeccionando para tener mayor aprovechamiento. Nosotros en primer término lo hicimos de uso obligatorio para los edificios estatales, escuelas, hospitales, edificios municipales, construidos por el Estado provincial, municipal o nacional, para el aprovechamiento del agua de lluvia; en los privados es optativo pero se ofrece un descuento” (una reducción del 50% de la Tasa de Construcción correspondiente) como incentivo.
Aguzezko precisó que “el agua que queremos que se comience a reservar es para utilización diaria -lavado de pisos, riego-, no del consumo humano, para de esa manera comenzar a racionalizar el uso indiscriminado del agua potable”.
Indicó además que se pueden adaptar las construcciones antiguas, porque “es una práctica de más de cuatro mil años, lo hicieron los egipcios y hace dos o tres décadas lo hacen en países desarrollados como Alemania y Francia y en la región Brasil y Colombia, que usan mucho el doble sistema en lo que hace a los baños: por un lado el agua para consumo y por otro para el inodoro, para riegos, lavado de veredas… Cada vez el agua potable es más costosa y, viendo los distintos problemas que tenemos, será un tema muy complicado” en el futuro inmediato, justificó el edil.
El triple de lo que necesitamos
Por su parte, Néstor Munaretto, el ingeniero del que partió la idea, y que lleva más de diez años estudiando el tema, indicó a Meridiano55 que “el agua es vida, no podemos darnos el lujo de tener buena agua escurriéndose por las calles y los arroyos; y cuanto más corre, cuanto más sellamos el suelo, esa agua que no queda en el lugar donde cae hay que aprovecharla. En Oberá se gasta entre 600 y 700 toneladas de productos para potabilizar el agua, cuando sobre nuestra casa caen 2.000 litros de agua de lluvia por año por metro cuadrado. No podemos darnos el lujo de usar agua potabilizada para lavar el auto, la vereda, el baño… Esa agua tenemos que aprovecharla, no dejar que de nuestro terreno salga el agua de lluvia al cordón y se pierda”.
Recalcó que sólo “necesitamos 700 millones de litros de agua potable para vivir, todo lo demás se usa para lavar y demás, y nosotros tenemos la suerte de que nos llueven 2.000 millones de litros de agua por año”, insistió Munaretto.