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“El motivo no fue sólo conmemorar los 22 años de la tragedia, sino haber acompañado a los hijos de los fallecidos que hoy ya son adultos y algunos de los cuales nunca habían pisado el lugar. Fue muy importante acompañarlos y estar con ellos”, explicó a PRIMERA EDICIÓN, Silvina Rumachella, hermana de una de las víctimas y abogada querellante en la causa.
En un diálogo telefónico, la letrada indicó que “los chicos tenían la necesidad de poder hacer este cierre. Saben bien que nunca hubo cuerpos para recuperar y eso se ha hecho muy difícil y sigue siendo muy difícil”.
“Sirve para cerrar heridas que están muy abiertas. Todavía no se ha comprendido la magnitud del hecho. Para Uruguay y entiendo que para Argentina también, fue la peor tragedia de la aviación civil”, explicó Rumachella, hermana de Viviana, auxiliar a bordo en el fatídico vuelo.
Sobre el homenaje en cuestión, la abogada indicó que fue algo sencillo, pero muy emocionante. “Realizamos ofrendas florales, leímos la nomina de victimas e hicimos un minuto de aplausos en memoria de ellos”, describió.
“Hicimos el ritual de poder enterrar a nuestros seres queridos. En el lugar de impacto, se había llenado de agua y arrojamos flores”, relató Rumachella.
También, en nombre de los familiares, la letrada aprovechó para agradecer a las autoridades de Argentina y Uruguay por el acompañamiento y haber facilitado la realización del homenaje.
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En primera persona
“Le transmití a los familiares que es la última vez que voy a estar en Fray Bentos. No regreso más porque entiendo que, de alguna manera todos tenemos que elaborar el proceso y esto tiene que ver también con el desarrollo del juicio oral y público”, explicó la abogada acerca de sus sensaciones tras haber vuelto al lugar de la tragedia.
“Cuándo eso termine, más allá de los resultados, va a ser el momento de poner fin a tantos años de sufrimiento y peregrinación en pos de justicia”, indicó.
“Para mí fue muy fuerte también porque lo viví como un final de ciclo con la esperanza de que podamos tener un resultado que sea lo más parecido a la justicia”, admitió Rumachella.
“Lo digo en términos concretos, no estoy hablando de justicia como algo abstracto, sino de algo real que termine de resolver el tema”, aseveró.
Sobre el desgaste propio de tantos años de lucha, Rumachella indicó que “hoy los chicos, los hijos de las víctimas son los que no están dando esperanzas y energía renovada para continuar y llegar a buen puerto con el juicio”.