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El relato en paraje Cinco Mil, a catorce kilómetros de la localidad de Mojón Grande, tres años después sostiene que un cabrito jugando en la chacra desató un final sangriento entre dos familias, la pérdida de la vida de un joven y casi diez años de prisión para un vecino.
El lunes 24 de octubre de 2016, cerca del mediodía, Adrián Muller fue hallado sin vida por los perdigones de una escopeta calibre 14 que le perforaron varios órganos y ocasionaron el irreversible shock hipovolémico.
Fue su padre, Juan Vanderley Muller (58) quien llegó alertado por un vecino al lugar y lo encontró sin signos vitales.
Pocos minutos antes habían estado juntos y conversaron por un incidente ocurrido el día anterior, una discusión con Emanuel Teófilo Preste (25) quien junto a un hermano de 20 años le reclamaron porque un cabrito le rompió la luz lateral (o de guiño) de su motocicleta Gilera 150.
La discusión incluyó amenazas fuertes según testigos, y la bronca o tensión continuó hasta el día siguiente.
Así al menos lo consideró el Tribunal Penal 1 de Posadas quien notificó, durante los últimos días, la condena a nueve años y seis meses de prisión por “homicidio simple” (artículo 79 del Código Penal) para Emanuel Preste, conocido como “Poney”.
De acuerdo al voto de Eduardo D’Orsaneo, presidente del TP-1, el domingo 23 de octubre a las 13.30 “Poney” y su hermano Wilson Preste (23) fueron hasta el arroyo Los Toros a pescar y refrescarse y dejaron la moto frente a la vivienda de Adrián Muller.
Cuando regresaron notaron que el guiño delantero derecho estaba roto y un pedazo caído. “Poney” y “Jairo” Preste se enojaron con Adrián Muller por lo sucedido y lo increparon. La víctima les dijo que iba a reparar el daño y que fue uno de los cabritos que jugaban cerca el que saltó sobre la Gilera y la rompió.
Los hermanos no se habrían conformado con la explicación y al día siguiente retornaron a la casa de Muller, esta vez armados, Emanuel con una escopeta 14 y Wilson con un aire comprimido.
Fue Emanuel quien confesó el crimen ante la jueza de Instrucción 5 de Leandro N. Alem, Selva Raquel Zuetta, tras permanecer prófugo durante dos días. Le aseguró que gatilló el arma en defensa propia porque lo estaba amenazando con un machete, pero también admitió que fue a buscar a Adrián Muller para intimarlo a que pagara por la rotura de la motocicleta y que por ese motivo se desató la presunta pelea.
Un vecino del paraje amplió en sede judicial oportunamente, que vio a los hermanos con las armas el mismo día del homicidio, minutos después del horario establecido del ataque y que Wilson le había ofrecido el aire comprimido para que se lo comprara.
En brazos del padre
El testimonio de Juan Vanderley Muller permitió reconstruir los instantes previos a la muerte de su hijo. Aseguró en el expediente que el lunes por la mañana fue a ver a Adrián preocupado por la discusión del domingo y que temía por él.
Sin embargo Adrián se lo repitió tantas veces como necesitó para convencerse: “Ya lo arreglamos por las buenas, el cabrito saltó y rompió el guiño, lo voy a reparar quedate tranquilo”.
Juan Vanderley regresó a su hogar, pero a las 14.30 corrió alertado porque su hijo yacía inerte frente a su domicilio, “Poney” lo habría sorprendido armado y gatilló el escopetazo letal.
Los peritos contabilizaron en el cadáver trece heridas producto de los perdigones.
Wilson y Emanuel Preste escaparon y permanecieron ocultos en el monte poco más de 24 horas. Frente a uno de los miradores de la ruta costera 2 fueron atrapados por los efectivos de la Unidad Regional IV cuando sus planes apuntaban a recibir ayuda en uno de los pasos clandestinos y cruzar el río Uruguay en canoa y esconderse en Brasil.
“Poney” no se había desprendido de la escopeta, la misma que al ser peritada confirmó su responsabilidad criminal.
Emanuel despegó a su hermano del hecho, pese a que este se había profugado. El aire comprimido que utilizó no fue disparado tampoco, lo que alivió su situación.
Con el cúmulo de evidencias, testimonios y pruebas, la causa fue elevada a juicio ante el Tribunal Penal 1 y el fiscal Martín Alejandro Rau ofreció a Emanuel Teófilo Preste la suspensión de juicio abreviado. Es decir, no ir a debate previa aceptación de la acusación en su contra: nueve años y seis meses de prisión como “autor penalmente responsable del delito de homicidio simple”.