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Días atrás, Ayelén Scheveloff (19) partió con su yegua, Allegra (7), rumbo a una ilusión. La ciudad entrerriana de Concordia era el destino. Y el sueño, la 24ª edición del Torneo Federal de Saltos Hípicos, el máximo certamen de la Federación Ecuestre Argentina. El regreso será con gloria: la jinete posadeña se consagró campeona en Tercera y logró así un título histórico para Misiones.
Ayelén se impuso en la categoría reservada para saltos de 0,90 a 1,20 metros después de las tres jornadas de competencia, que se desarrollaron en las pistas del Club Hípico de Concordia y congregaron a más de 300 jinetes de todo el país. Para estar allí, Scheveloff y la otra misionera en competencia, la amazona Delfina Silvestri (9), debieron ganarse su lugar en las tres fechas previas del Torneo Regional.
“No me esperaba ser campeona. Vine con muchas buenas vibras, pero la verdad es que estoy sorprendida”, contó ayer a EL DEPORTIVO, minutos después de la consagración -y aún emocionada- Scheveloff, quien comparte su tiempo entre los caballos y la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
Ayelén confió que practicar una disciplina que no es masiva muchas veces no es fácil. “En Posadas esto es poco conocido. No hay buenas pistas para entrenar, hay pocos profesores, tampoco hay veterinarios especializados. Todo se complica bastante. Por eso este triunfo es un verdadero logro y un orgullo”, sintetizó la deportista, quien arrancó con la equitación cuando tenía diez años y casi de casualidad: “Empecé porque vivía en Santa Inés y cerca de casa quedaba el Garupá Polo Club. Me gustó enseguida y nunca más dejé de practicar”.
Ante un deporte poco conocido, la pregunta se impone. ¿Cuál es el secreto en equitación? “Más que nada, todo pasa por conectarte con el caballo, porque no todos se llevan bien. Yo por suerte sí lo hago con Allegra, mi yegua. Nos entendemos y, aunque parezca raro, es así, uno se conecta con el animal”, explica Ayelén, quien para crear ese vínculo invierte varias horas por día. “Cuando tengo tiempo libre, me quedó toda la tarde en el club, la baño, la mimo, le enseño cosas y le voy dando premios. Cuando hace las cosas bien, le doy azúcar, una manzana o una zanahoria. Ella evolucionó conmigo y este año la vi más madura. Años anteriores se asustaba de las vallas o de la decoración de las pistas”, explica Scheveloff.
Allegra, la compañera y también campeona, tiene 7 años y forma parte de la vida de Ayelén desde los 4. “La compramos en Buenos Aires”, cuenta la entrevistada, quien no puede ocultar en su voz el amor que siente por la yegua, una más en la familia.
Ayer por la tarde, tras la consagración, Ayelén y Allegra recibieron los correspondientes premios y emprendieron el regreso a Posadas. “Esta era la tercera vez que estaba en un Nacional. Antes era muy chiquita y no me había ido bien. Sé que no va a ser fácil, pero mi sueño es competir en un Sudamericano. Para eso tengo que ir a muchísimos torneos nacionales, por toda la Argentina. No es sencillo porque todo cuesta desde lo económico, como transportar el caballo de un lugar a otro. Pero sería un sueño”, cerró Scheveloff, pura sangre… de campeona.