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Luego de las acusaciones de fraude en contra de Evo Morales, el actual presidente boliviano ha denunciado este miércoles que está en marcha un “golpe de Estado” de sus adversarios políticos y ha llamado a sus seguidores a “defender la democracia” .
“He convocado esta conferencia para denunciar ante el pueblo boliviano y el mundo entero que está en proceso un golpe de Estado. Ya lo sabíamos anticipadamente, se preparó la derecha con apoyo internacional“, dijo el mandatario durante una breve declaración en el palacio presidencial.
“Quiero que sepa el pueblo boliviano que hasta ahora humildemente aguantamos, soportamos para evitar la violencia, no hemos entrado en confrontación y nunca vamos a entrar en confrontación. Pero quiero decir al pueblo boliviano: primero, estado de emergencia y movilización pacífica y constitucional“, continuó.
A pocos después días del cierre de las urnas y entre denuncias de fraude, un cuestionado escrutinio sitúa a Evo Morales al borde de la victoria en primera vuelta. Si se confirma ese veredicto, el presidente que más años lleva en el poder en América no tendrá que medirse con el opositor Carlos Mesa en un desempate.
“Con los votos de las áreas rurales estoy convencido de que vamos a ganar en primera vuelta”, dijo Morales antes de subir el tono: “No estamos en tiempos de colonia ni de monarquía para designar presidentes“. El líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) llamó a “organizarse, prepararse”. “Vamos a defender la democracia“, enfatizó.
Las sospechas generadas por la interrupción del conteo electrónico de los votos, que dibujaba una nueva votación fijada para el 15 de diciembre, han desatado una oleada de protestas que no tiene visos de contenerse.
Carlos Mesa ya ha anunciado que no reconocerá los resultados porque los considera un “fraude escandaloso” y llamó a la movilización de sus simpatizantes. Mientras tanto, varias instancias internacionales, encabezadas por la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión Europea y la Administración de Donald Trump, criticaron el proceso electoral y sembraron serias dudas sobre su transparencia.
La crisis de legitimidad de Morales empezó, según sus rivales políticos, el 21 de febrero de 2016, cuando, después de una década en el poder, perdió un referéndum sobre reelección indefinida. Pudo concurrir a estos comicios, en los que revalida un cuarto mandato consecutivo, porque el Constitucional y el Tribunal Electoral se lo permitieron. Con estas premisas y la pugna en las urnas se ha multiplicado la tensión. Las principales ciudades de Bolivia vivieron escenas de violencia, disturbios y represión.
Fuente: Diario El País