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Pedro Sánchez cumplió este jueves, después de retrasos y múltiples trabas judiciales por parte de la familia de Franco, una de las medidas estrella que se propuso nada más llegar al Gobierno en junio de 2018.
La exhumación de Francisco Franco marca un hecho histórico en España, pero lo cierto es que otros dictadores de dentro y fuera de Europa han sido exhumados por distintos motivos a lo largo de los años. Uno de ellos, Trujillo, volverá a reencontrarse con Franco.
La medida, de gran repercusión y calado histórico tiene lugar en un momento en el que los militantes de extrema derecha se encuentran muy exaltados por la escalada del conflicto de secesión de Cataluña, donde se están produciendo protestas multitudinarias -y brotes de violencia- en respuesta a las duras penas de hasta 13 años de cárcel impuestas por el Tribunal Supremo español a los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
Ante cualquier intento de boicot al operativo se adoptaron fuertes medidas de seguridad y las autoridades vetaron las concentraciones convocadas por la Fundación Franco y la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces, ambas de ultraderecha, en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio.
La televisión pública TVE, apenas permitió ver las imágenes del momento en el que el coche fúnebre traslada el féretro del dictador hacia el helicóptero que realizará el trayecto desde el Valle de los Caídos a El Pardo.
También se podrá ver la llegada del ataúd a su nuevo lugar de enterramiento, un panteón en el que ya se encuentran los restos de su esposa, Carmen Polo, desde su muerte en 1998.
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La prensa española e internacional siguieron el proceso desde la puerta de entrada del Valle de los Caídos, que se encuentra a varios kilómetros de la Basílica donde está la lápida del dictador. Sólo los medios públicos TVE y la agencia de noticias EFE tendrán acceso al interior del reciento, aunque podrán tomar imágenes solo desde la distancia.
Unos 22 familiares del dictador -nietos y bisnietos- participaron del acto de exhumación, que el gobierno español pretende que se desarrolle hasta el final, dentro de lo posible, con la máxima “discreción” y “dignidad con los restos humanos”.
Los restos de Franco se encontraban dentro de una fosa que está a casi 2 metros de profundidad y estaba cubierta con una losa de hormigón de 1.500 kilogramos, que fuee retirada por medio de una grúa.
El féretro fue elevado por medio de cuerdas y cables. El ataúd original del dictador salió del interior de la Basílica del Valle de los caídos en hombros de sus familiares y sin honores ni banderas, y fueron introducidos en un coche fúnebre que lo llevó hasta donde se encontraba el helicóptero que lo lleva a El Pardo-Mingorrubio.
Tras su llegada al nuevo emplazamiento, se celebrará una misa familiar previa a la reinhumación.
El dictador será sepultado en la cripta en la que se encuentra su esposa, a pocos metros de otras figuras del régimen franquista, entre ellos sus dos últimos presidentes del gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, asesinado por la organización separatista vasca ETA en 1973, y Carlos Arias Navarro, quien anunció su muerte el 20 de noviembre de 1975.
Franco es el último dictador de Europa cuyos restos descansaban en un panteón público donde podía ser venerado. A partir de este jueves, ya no es así. Quienes quieran visitarlo tendrán que ir a Mingorrubio, un lugar con referencias sombrías no sólo para los españoles. Allí se encuentra también la tumba del dictador dominicano Rafael Trujillo Molina, uno de los más sanguinarios de Lationamérica.