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El intendente Waldomiro “Valdir” Dos Santos dejó inaugurado el galpón donde funcionará la Secretaría de Obras Públicas, el taller mecánico y el nuevo corralón municipal, donde -entre otras cosas- irán a parar todos los polémicos acopios de materiales de construcción que obstaculizan el centro de la ciudad, dando así cumplimiento por fin a la Ordenanza 126 de 2012 y sus modificatorias.
El nuevo galpón de 2.200 metros cuadrados demandó más de seis años para su concreción y fue financiado en su mayoría con dinero proveniente del ya extinto Fondo Solidario de la Soja. Según declaraciones del jefe comunal, “costó más de 40 millones de pesos”.
Está ubicado en el predio municipal de “La Cantera”, a espaldas del barrio Hermoso y va a reemplazar al “tinglado municipal” que data de la primera gestión municipal, allá por los últimos años de la década de 1970.
Ese añoso edificio fue donde se inició la Fiesta Nacional de la Madera y donde se hacían las fiestas sociales en esos años en San Vicente. En los últimos años, con una superficie reducida, albergaba a la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de la Comuna, el taller y el corralón municipal.
Se duplica el espacio
Hace aproximadamente seis años, el Ejecutivo municipal comenzó en “La Cantera” la construcción de un nuevo edificio con forma de tinglado de casi mil metros cuadrados, utilizando para la inversión inicial partidas correspondientes al Fondo Solidario de la Soja enviadas por el Gobierno nacional al Municipio.
Luego, las autoridades fueron más ambiciosas y buscaron hacer una construcción más funcional y que pueda albergar a todas las maquinarias viales y camiones municipales. De esa manera, agrandaron el tinglado original hasta lograr una superficie cubierta superior a los 2.200 metros cuadrados.
Corralones afuera
El nuevo edificio va a obligar a la Municipalidad a hacer cumplir la Ordenanza 126/12 y sus modificatorias, que obligan a los corralones de materiales de construcción a emigrar del centro de la ciudad.
Como los propietarios de esos corralones nunca cumplieron con la normativa que establecía que en dos años (o sea, en 2014) debían mudar sus depósitos a predios afuera del ejido urbano, se decidió incorporar en 2017 una última modificación que proponía a los empresarios que, una vez que se muden el taller y el corralón municipal al nuevo edificio, ellos también debían hacer su traslado.