Como parte de un proceso de investigación en el que participaron las familias, y técnicos del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF), Región Cuyo del INTA, desarrollaron una cocina a leña eficiente que calienta, almacena agua y permite cocinar al mismo tiempo.
Creado para instalarse en el interior de las viviendas sin contaminación de gases, el artefacto utiliza un 40% menos de leña que el fogón abierto y permite cocinar con mayor comodidad.
“La leña es el combustible más seguro del lugar y se quema en fogones abiertos construidos fuera de la vivienda y sin mayores reparos, en general. Las llamas y brasas sirven para calentar las ollas que contienen el alimento y también para calentar recipientes con agua, que luego se emplea para aseo personal, lavado de ropa, de vajilla, etc. Al mismo tiempo, las brasas producidas se colocan en braseros, unos recipientes metálicos que se ponen dentro de las viviendas para calefacción”, describió Sebastián Sosa, investigador del IPAF Cuyo.
Técnicamente, el prototipo es una cocina a leña de mampostería de eficiencia mejorada, que se acopla a un sistema de calentamiento y almacenaje de agua. De sencilla construcción y con materiales disponibles en la zona, puede instalarse en el interior de las viviendas sin riesgo de contaminación de gases y tiene un diseño que favorece la ergonometría.
En este sentido, Sosa indicó: “De los dos diseños trabajados con los productores, este artefacto reveló las potencialidades más interesantes tanto para la comunidad como para nosotros, debido a que permite un mayor aprovechamiento de la energía calórica liberada al resolver dos tareas básicas al mismo tiempo, cocinar alimentos y calentar agua”.