
Integrantes de Mujeres de la Matria Latinoamericana de Chaco, Corrientes, Santa Fe y Misiones se reunieron este miércoles en la Facultad de Humanidades de la UNaM para dar cuenta de la labor presente en materia de género.
Entre los principales puntos tocados, se habló del aumento de la violencia en los últimos tiempos como consecuencia del contexto económico nacional.
En la provincia, destacaron el trabajo en los barrios con las organizaciones sociales, donde se han encontrado con mujeres que no cuentan con recursos para abandonar el hogar donde son agredidas.
La referente de MuMaLá de Santa Fe, Gabriela Sosa, indicó que “nuestra tarea no es suplir las tareas del Estado, sino asistir, acompañar y sensibilizar las particularidades del género en cada provincia, zonas de fronteras y ciudades rurales”.
En cuanto a la situación actual a nivel nacional, agregó que “este gobierno nos dejó dificultades y pobreza en las provincias más distantes tanto en lo político como en lo geográfico. En Santa Fe por ejemplo no hubo ni una moneda de presupuesto en políticas de género y violencias”.
Entre la información compartida, señaló que “con la pobreza y desigualdad económica, las violencias se multiplican. Más en los casos de mujeres pobres; las presas; mujeres de las comunidades originarias; aquellas que son inmigrantes; quienes tienen una situación de discapacidad; o también aquellas vinculadas a identidades no hegemónicas, como las travestis y trans”.
Gabriela Sosa remarcó que “como hay más pobres en la Argentina, la mayoría de las mujeres tenemos condiciones de precariedad en lo laboral y aún en un trabajo en blanco notamos dificultades para acceder a lugares de decisión”.
El desafío para el próximo año será “el de extender las MuMaLá en todas las provincias, porque en cada lugar existe una mujer que atravesó por una situación de violencia”, explicó.
A su vez, “más allá del gobierno que se va, nos interesa marcar puntos de interés al que se viene. Es importante tener una agenda concreta y emitiremos una carta abierta al gobierno que asume el 10 de diciembre. Habrá que ver qué tan concretos son sus promesas. Para las mujeres y las disidencias durante el gobierno de Cambiemos claramente se ha visto multiplicarse las violencias por su ausencia en políticas”.
La coordinadora de MuMaLá en Misiones, Carolina Maidana, detalló que “este fin de semana estuvimos en Rosario reunidas todas las provincias para construir una estadística de una perspectiva feminista. Analizamos el año y expectativas para el que viene. Todos los meses presentamos los datos para el Observatorio, los cuales son alarmantes en cuanto a la última instancia de la violencia: el femicidio. En la provincia de Misiones hubo ocho femicidios y de ellos tres vinculados. La mayoría tiene un franja etaria de 20 a 40 años y en algunos casos aún más jóvenes. En esto es necesario la responsabilidad del Estado luego de una denuncia hecha y las medidas que deben tomarse a tiempo para evitar que se termine con la vida de la mujer”.
En materia de violencias, añadió que en Posadas “en un sector de la ciudad hubo un ataque a nueve universitarias, con una comisaría a una cuadra. En ese momento hicimos una junta de firmas para pedir el alumbrado público en un sector y un mapeo de los lugares con los ‘espacios seguros’ del programa municipal contra el acoso callejero. Con estas acciones buscamos seguridad a través de cámaras de seguridad pero también es fundamental que la sociedad se involucre porque muchos vecinos ven el acoso callejero y no quieren atestiguar”.
Maidana contó que en Misiones “la idea es seguir ampliando y fortalecer a las mujeres de la provincia en sus derechos. Gracias al trabajo en conjunto con organizaciones sociales logramos acceder a los barrios en zonas vulnerables para realizar charlas y talleres. Allí mujeres que atravesaron situaciones de violencia contaron su experiencia. Lo que encontramos en los barrios es que una víctima mucha veces no sabe a dónde recurrir”.
En un futuro, “la idea es ir viendo en cada barrio la necesidad y las problemáticas para asesorar ya que no todas están empoderadas en sus derechos. La realidad de las mujeres de la ciudad es que vuelven con sus parejas agresivas porque no tienen para darle de comer a sus hijos -al no contar con un trabajo- o un espacio donde refugiarse. Además, el proceso de la justicia es lento y la principal queja es que no llegan las notificaciones para las pericias. Es un camino largo y difícil que recién inicia con la denuncia”.