En uno de los dos distritos que todavía siguen funcionando los talleres de oficios del proyecto Expansión y Mejoramiento de la Educación Rural (EMER), entre los seis que fueron creados en 1985, hay temor de que el Consejo General de Educación decida su cierre definitivo.
Los docentes y directivos piensan que el CGE tomaría esa decisión y basan esa sospecha en que ya le sacaron horas cátedras al profesor de electricidad.
Los talleres del Distrito VI San Vicente que se dictan en contraturno a los alumnos de sexto y séptimo grado, al menos hasta este ciclo, fueron de electricidad, carpintería y administración del hogar.
Con este panorama de incertidumbre, se produjo el acto de cierre del año y se entregaron los certificados de asistencia a cien jóvenes, quienes terminaron séptimo grado en las siete instituciones que forman parte del circuito: las escuelas 411, 379, 522, 535, 556, 695 y 903.
El acto se realizó en la primera de ellas, núcleo del distrito en cuestión que funciona en la Capital de la Madera.
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El Proyecto EMER se puso en práctica con el objetivo de dar a los alumnos de las escuelas rurales orientación y conocimiento en distintos oficios. Para ello se equipó a una escuela núcleo con un taller con herramientas en los rubros escogidos por los docentes.
Actualmente en la provincia funcionan únicamente dos circuitos: uno en la localidad de 25 de Mayo y el otro en San Vicente.
En este último, los talleres están dirigidos a unos 200 alumnos de sexto y séptimo grados, quienes se movilizan con un colectivo modelo 1985 que funciona mediante la rectificación y reparación que financió el Rotary Club hace unos años y a la asistencia mecánica que se sostiene mediante el aporte de vecinos y el trabajo de los docentes, que hacen tareas para juntar dinero que permita cubrir los gastos.
De forma anónima, un empresario local financia parte del gasto de combustibles, mientras que el resto proviene de alumnos a quienes se les cobra una colaboración mínima.