Productores de la Zona Centro se mantienen en alerta ante los reiterados robos de hoja verde que provocan grandes pérdidas económicas y severos daños en los yerbales.
“Tuvimos muchísimos robos de yerba mate, es increíble lo que se está robando. Los destacamentos policiales en las zonas rurales cuentan con pocos recursos humanos y no tienen movilidad. Muchos no poseen camionetas, ni siquiera motos, para recorrer los caminos terrados y no pueden hacerlo en coche. Esto es una locura y una desventaja terrible que se le da a delincuencia”, señaló al respecto a PRIMERA EDICIÓN el secretario de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), Cristian Klingbeil.
Es que el dirigente yerbatero apuntó que si un productor hace la denuncia “los efectivos no tienen cómo trasladarse hasta el lugar”.
En este sentido, advirtió que el hecho de que se cometa este tipo de delito significa que “existe gente que compra esta hoja de yerba mate cosechada de manera ilegal”.
“Si roban es porque hay alguien que compra. A pesar de que el INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate) cuenta con mucha burocracia a la hora de entregar la materia prima, ya que se debe contar con un remito y unas serie de requisitos, así y todo el mercado de la hoja verde robada es muy grande. Hoy se está pagando alrededor de 17 y 18 pesos por kilo, y cualquier mil kilogramos que se le roba a un productor, representa una pérdida de 18 mil pesos”, detalló.
Asimismo, Klingbeil contó que a “un vecino de Guaraní, que posee una chacra cercana a la localidad de Oberá, le robaron alrededor de 30 mil kilos de yerba mate en tan sólo un par de días”.
“El productor vive en una zona alejada y tiene varias hectáreas de tierra separadas de su casa, por eso no puede ir todos los días. Cuando notó el faltante, se dio cuenta que en tres o cuatro días le limpiaron el yerbal. Hay robos de grandes volúmenes y a picotazos, es decir, roban mil kilos de una chacra, 500 kilos de otra y 700 kilos de otra más. Cuando ven la oportunidad de robar mucho, los delincuentes aprovechan. Hay toda una logística, uno no llega a darse cuenta pero hay gente observando y mientras estás en tu casa o cosechando té en otra ubicación, ellos se pasan el dato por celular y te roban”, comentó.
Sostuvo, a su vez, que “la mayoría de la gente en la colonia tiene miedo de hablar porque las represalias de los delincuentes son bastantes graves”. A todo esto, manifestó que a la pérdida monetaria que ocasiona el robo de la materia prima “hay que sumarle el daño que se le ocasiona a la planta por cosechar la planta de manera inapropiada”.
“Los maleantes cortan la planta de cualquier forma y después cuesta recuperarla. El robo es un tipo de perjuicio económico sin embargo más grave aún es el mal estado en el que te dejan el yerbal”, destacó el dirigente yerbatero.
Más controles
Uno de los damnificados por esta problemática fue el concejal de Cambiemos de Colonia Guaraní y productor yerbatero, Héctor Rubén Fuglistaler, quien reveló a este Diario que junto a otros colonos del lugar realizan patrullas nocturnas para evitar nuevos robos.
“Me robaron 500 kilos y me dañaron las plantas porque me rompieron todo, esto ocurrió hace algunas semanas. Ahora trato de pegarme una vuelta durante las noches por mis chacras para vigilar, lamentablemente así nos tenemos que manejar acá”, expresó el edil.
En este contexto, reveló que días pasados se encontró con una combi llena de gente dentro de una de sus plantaciones de yerba. “Supongo que se disponían a robar, pero al verme se fueron. Esta es una situación complicada, la Policía acá no tiene móvil, trabajamos con el intendente (Miguel Vargas) para conseguirlo, incluso hablé con las autoridades del Ministerio de Gobierno, hasta ahora sin soluciones. Necesitamos una camioneta o una motocicleta para recorrer las zonas rurales”, sentenció Fuglistaler.
Y sostuvo que los productores de Guaraní realizan recorridos nocturnos durante los fines de semana para evitar el posible ingreso de maleantes a los yerbales.
“Como es feriado el martes, los secaderos abrieron todo el fin de semana y muchos aprovechan para robar. Hay mucho interés por la yerba en estas fiestas porque está difícil la situación económica. El INYM debería controlar estos temas porque los secaderos no deben comprar esa materia prima robada. Sería más fácil controlar estos establecimientos que las chacras, de esta forma se solucionaría el problema. Pero lamentablemente nadie hace caso”, consideró.
Agregó, además, que en la Cooperativa Tealera de Guaraní Limitada (Copetegla) de Colonia Guaraní, de la cual Fuglistaler es consejero, se estableció un sistema de alerta entre los socios para compartir datos de vehículos sospechosos, como una forma de cuidarse entre productores.
“Un vecino me avisó por mensaje y me encontré una combi a las 12 de la noche en mi chacra”, asestó el concejal. Para finalizar, anticipó que “más allá de los pedidos que se hicieron”, en la sesión de hoy del Concejo Deliberante de Guaraní volverán a poner en consideración este tema.