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“En el orden del día decían que iban a tratar una denuncia en mi contra de la cual yo nunca fui notificado. El intendente (Simón Márquez) fue a la Comisaría y dijo que yo le amenacé y que le iba a prender fuego la casa y la Municipalidad”, sentenció Sosa en declaraciones a medios locales.
Según comentó los concejales del cuerpo aprovecharon estas acusaciones para suspenderlo en el cargo.
“Básicamente me echaron del Concejo, fue por unanimidad. Todo lo que hicieron fue en el marco de la ilegitimidad, fue una sesión extraordinaria, a puertas cerradas, sacaron una resolución sin mi derecho a réplica, defensa o garantías en base a una denuncia de la que nunca me notificaron, a la que nunca tuve acceso y desconozco cuándo se realizó”, señaló.
Y apuntó que todo “esto se trata de una persecución” en contra suya por parte del recién asumido alcalde y el presidente del Concejo, Hugo Cabrera.
Es que, según explicó en una oportunidad a PRIMERA EDICIÓN, el ahora titular del deliberante mantenía una disputa con el exintendente de Mártires, Roberto Sosa, al que acusaría de “haber hecho una movida mediática en su contra”. Como Sosa ya no está al frente de la comuna, se habría enfrentado con su par renovador, Ramiro Sosa, hijo del exjefe comunal.
Incluso fue acusado por Cabrera de no asistir a las sesiones. Sin embargo, para el renovador todo es una maniobra para “destituirme de mi cargo” cosa que finalmente se concretó el pasado viernes.