El sospechoso se había valido de la presencia de una niña de ocho años en un baldío para llevar a cabo su idea de abusarla. Cuando se abalanzó sobre ella, los gritos lo pusieron en fuga. Horas después terminó detenido. Ayer fue trasladado al Juzgado de Instrucción 3 de esta localidad para que declare, pero prefirió guardar silencio. Permanecerá detenido mientras que se ordenaron pericias para profundizar la investigación del caso.
El joven de 19 años pasó la noche en la División Resguardo de Detenidos de la UR-V y fue citado por el juez Martín Brites para que declare por el hecho denunciado por la madre de la menor. El sospechoso se abstuvo y el magistrado lo imputó por el delito de “abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa”.
Entre las medidas que tomó el juez se encuentran la solicitud de pericias psicológicas al acusado para determinar si padece de retraso madurativo o alguna otra afección psíquica.
Por otra parte no se descarta que sea citado a declarar algún vecino de la casa donde vive la niña, barrio ubicado al sur de la localidad de Puerto Iguazú.
Horas antes del intento de abuso
El drama se había desatado el martes al mediodía, cuando la madre le pidió a su hija que fuera al terreno de al lado y que le trajera dos limones.
La menor se dirigió al lugar sin percatarse que el sospechoso la vio cuando salió sola hacia allí. La niña subió a la planta y cuando descendió se encontró con él. La tumbó al suelo, le tapó la boca y le dijo que se bajara el short o iba matar a su mamá y a su papá.
Los gritos de terror de la pequeña hicieron que su madre saliera en busca de ella. Esos instantes fueron aprovechados por el joven para escapar de allí por uno de los extremos del terreno.
La pequeña estaba envuelta en llanto y con la ropa toda sucia. Alcanzó a contarle a su mamá lo que le dijo el sospechoso y le explicitó que alcanzó a manosearla por arriba de la ropa.
Esto fue visto por una vecina, que vive hacia el fondo del baldío. Le dijo a la madre “se fue a la casa corriendo, andá y denunciale”.
La progenitora llevó a la niña a la casa y luego de calmarla se dirigió a radicar la denuncia en la comisaría de la Mujer. Los efectivos realizaron el protocolo de rigor utilizado habitualmente en ese tipo de casos.
Fue revisada por una médica policial quien determinó que la víctima se encontraba lúcida, con escoriaciones leves en el muslo izquierdo, tobillo y pierna. En tanto el resultado ginecológico arrojó que no presentaba lesiones genitales.