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Empleando armas de fuego y cuchillos, una banda de asaltantes puso en vilo a varios comerciantes de estas ciudades al cometer tres atracos en pocos minutos.
En medio de una intensa lluvia, asaltaron una farmacia sobre avenida Rademacher, se llevaron dinero y el auto del propietario. Con ese vehículo realizaron dos asaltos más, pero todos terminaron presos.
Incluso hay un remisero tras las rejas, por el momento investigado por trasladar a parte de la banda al lugar donde finalmente fueron detenidos. También se los vincula con otros asaltos, entre ellos a un supermercado chino en diciembre y a dos farmacias más hace una y dos semanas.
El último raid de esta banda comenzó poco después de las 8 de este jueves. Cinco hombres, dos a cara descubierta y los restantes con pasamontañas, ingresaron a una farmacia ubicada sobre avenida Rademacher y calle Noruega de Posadas y, tras intimidar al propietario con cuchillos y aparentemente con armas de fuego, se llevaron su celular, 8.000 pesos, remedios y productos del local.
Exigían de manera “exaltada” la entrega de rivotril y otras pastillas, pero finalmente desistieron y escaparon en el auto de la víctima. Se trata de un Renault Clio negro que utilizaron posteriormente para seguir con la ola de asaltos.
Los atracos siguieron y tuvieron como víctima a un joven de 21 años que se disponía a cobrar la venta de productos para la panadería en la que trabaja. Fue abordado frente a un supermercado ubicado sobre avenida Palmeras y calle Soldado Argentino, del barrio Miguel Lanús. Los delincuentes bajaron del Clio y le robaron la billetera con alrededor de 2.000 pesos tras intimidarlo con un cuchillo.
Posteriormente escaparon con destino incierto y terminaron en un comercio dedicado a la venta y reparación de celulares ubicado sobre ruta 12 en el kilómetro 9, a metros de una terminal de pasajeros, siempre en Garupá.
Allí los delincuentes ingresaron y, tras reducir a los propietarios y clientes, entre ellos dos mujeres, se llevaron celulares, accesorios, una notebook, dinero de la caja registradora y pertenencias de las víctimas.
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Tras este asalto es que se produce la separación de la banda. Dos se fueron en el Clio robado al cual despojaron de sus patentes y el resto aparentemente en un remís, un Chevrolet Corsa gris. Con la policía al tanto de esta seguidilla de delitos, se emitió el alerta a todas las unidades para la ubicación de dichos autos y detención de sus ocupantes.
Finalmente el Renault Clio negro fue encontrado en el barrio A-4 de Posadas y dos hombres de 18 y 36 fueron capturados, uno de ellos sindicado como el jefe de la banda, un hombre oriundo de Buenos Aires que reside en barrio Kennedy. Vecinos advirtieron a los investigadores que habían dejado abandonado ese auto y el detenido se metió en una casa.
Tras la ubicación y persecución encubierta del Corsa gris, se dio con el resto de la banda cuando llegó al barrio Kennedy de Posadas, más precisamente a una vivienda utilizada como “aguantadero” y que sería habitada por varios de los sospechosos. En esa propiedad no había nadie, pero en las inmediaciones hallaron a cuatro sujetos escondidos en un depósito de una casa lindante.
Hay otros demorados en la causa y se investiga su vinculación o no al grupo, pero seis de los siete detenidos sí serían integrantes de la misma.
Los investigadores de la Unidad Regional I venían siguiendo pistas de este grupo que sería conocido como la “Banda del Porteño” y que está bajo sospecha de cometer dos robos más hace pocos días a dos farmacias de Posadas con el mismo modus operandi y también varios hechos más durante diciembre del año pasado, entre ellos el robo a mano armada y a cara descubierta en un supermercado chico ubicado sobre avenida Rademacher, cuando estaban cerrando.
Modus operandi
Los investigadores de la UR-I que venían siguiendo pistas sobre esta banda, pudieron determinar que los golpes que cometía tenían varias particularidades. Esto les permitió saber que estaban ante el mismo grupo de delincuentes. Eran muy verborrágicos, mientras cometían los asaltos hablaban mucho.
Usaban la superioridad numérica para asustar e intimidar a sus víctimas. Siempre atacaban cuando era la hora del cierre o de la apertura de los locales y también si había mujeres a cargo como pasó en varios de los hechos en los cuales están como sospechosos.
Además, no exhibían armas de fuego, pero daban a entender que las tenían o las iban a sacar por el movimiento de sus manos. Tenían predilección por las farmacias y los taxis o remises estaban siempre a mano para vías de escape, salvo ayer que lograron robar un auto.