Las oficinas de la Municipalidad local se transformaron en “eco puntos”, los cuales también se multiplicaron en distintos comercios de la ciudad para reciclar aceite vegetal, pilas, plásticos, aluminios, vidrio, papel y cartón, entre otros.
En la calle Buenos Aires al 59, donde funcionan las oficinas de la Municipalidad, se puede depositar los restos de aceite domiciliario de origen vegetal, el cual queda como residuo luego de la realización de varias comidas. El objetivo es evitar que éste llegue a las napas o cursos de agua, teniendo en cuenta que un litro de aceite contamina hasta mil litros de agua.
Además, si se desecha por el lavatorio de casa, obstruye cloacas, cañerías y termina ayudando a la formación de un gran “fatberg” (acrónimo de fat, grasa; y berg, montaña).
En sus hogares, los vecinos de Oberá sólo deben esperar que el aceite usado se enfríe, se filtre con un colador y se coloque dentro de una botella plástica para luego depositarlo en el “eco punto” de la Municipalidad.
Al mismo tiempo, en comercios e instituciones de la ciudad se han dispuesto “eco puntos” recolectores de pilas usadas, también para evitar la contaminación del suelo y las aguas.
En los comercios también
Cabe recordar que, para la disposición final de las pilas, éstas son colocadas en contenedores con polvo inertizante y luego en relleno sanitario de doble membrana, para evitar que sus componentes contaminen el ambiente, por ello la importancia de depositarlas en los contenedores especiales y no arrojarlas al basurero o a la calle.
Respecto de los residuos reciclables, los estudiantes de la EPET 3 de Oberá crearon una máquina para compactar residuos de aluminio.
Esta máquina se entregó al intendente en el marco del proyecto “Oberá Sustentable” y fue realizada en un trabajo conjunto entre el Municipio a través de sus autoridades comprometidas con el cuidado del ambiente y los alumnos de esta casa de estudios, junto a los docentes que integran el proyecto.