El ingeniero electromecánico Ricardo Alfredo “Bocha” Yelinek (61) se define como el hombre más experimentado en la técnica de un canal de televisión en Misiones. 25 años como jefe técnico de exteriores y 33 de permanencia en la emisora estatal, dan fe de sus dichos. Amante del deporte, quiso seguir sus instintos pero sus padres, Alba Gloria Alfonso -docente jubilada- y Ricardo Yelinek -trabajaba en el sector de obras viales de la Dirección de Aeronáutica- le hicieron ver que el estudio era lo más importante, y hoy “agradezco la posibilidad que me dieron”. Tras concluir el secundario en la EPET N° 1 (Industrial) hizo un paréntesis de dos años para cumplir con el Servicio Militar obligatorio y, en 1980, ingresó a la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Santa Fe.
“Después de un tiempo me quedé solo y como tenía amigos posadeños en Chaco, me mudé la Facultad Regional Resistencia”, donde en seis años culminó la carrera. El rubro que más le interesaba “era la parte eléctrica. Cuando uno tiene esas aspiraciones, piensa en algo más inmediato, que en ese momento era EMSA. El ingeniero Robín me tomó las pruebas, aprobé el examen, pero como la parte sindical estaba de por medio, preferí dejar sin efecto. Cuando uno es joven tiene esos pensamientos que no permiten mesclar la parte profesional con lo sindical, y me alejé”, manifestó.
En el gobierno de Ricardo Barrios Arrechea, cuando Canal 12 era dirigido por César Sánchez Bonifato y dependía de la Secretaría de Información Pública, surgió la posibilidad del ingreso. Casiano Carvallo, como gerente técnico, “me tomó el examen para la parte electromecánica y entré en junio del 87”.
Recordó como si fuera hoy, la consigna que le dio Carvallo. El grupo electrógeno del canal, ubicado en un subsuelo de La Rioja y Junín, había dejado de funcionar. Era de difícil acceso y había que sacar parte de lo que estaba averiado. “El motor andaba pero estaba quemado el generador. Era bastante grande, metido en un subsuelo, por lo que resultó complicada la primera tarea que me asignaron”, comentó entre risas. Contra viento y marea, lograron ponerlo en marcha. Desde ese lugar, “fui viendo no sólo la parte electromecánica, que era mi título, sino que me fue interesando todo lo que pasaba dentro, cómo se generaba la señal de video, de audio. Era otro desafío. Buscaba saber cómo funcionaba. Empecé en el área técnica con la ayuda de Heriberto Rodríguez, Lito Pérez, Eduardo Amigo, Ramón Briñócoli, algunos ya descansando y otros disfrutando de su jubilación”.
Agradeció a quienes lo apoyaron durante los 25 años “que estuve al frente de la jefatura de exteriores. Sin ellos no hubiese logrado nada. Eran predispuestos porque el trabajo en exteriores no tiene horario, días, no importa el clima: la transmisión hay que sacarla”.
Remontándose a la época, explicó que “se hacía el transporte de la señal en exteriores vía microondas, era un transmisor con una parábola y en otro lugar tenía que estar un receptor. Si estábamos en un radio de cobertura para ingresar directamente al canal, lo hacíamos. Si estábamos a mayor distancia, teníamos que entrar a una estación de la ex Entel, ingresar a sus centrales que tenían alta capacidad para televisión. Era una logística subir a la torre, hacer el montaje de equipos, y ver que todo funcione. No había celulares. Era bastante engorrosa la parte de logística para asegurarnos que la señal llegue al canal en óptimas condiciones”.
En Posadas, y a fines del 90, “incorporamos la primera fibra óptica para transmitir los sorteos de la Quiniela Misionera desde el IPLyC SE hasta el canal. Fue la primera experiencia con fibra óptica que tuvimos. En la actualidad toda Posadas está cubierta de fibra para distintas señales”.
En el 2005 se dio el salto más importante que Yelinek observó en los 33 años de permanencia en el canal. “Fue subir la señal fija que tenemos en el canal al satélite. En ese momento estaba el Nahuel, que en ese momento fue perdiendo su energía y ya no era geoestacionario, sino que iba variando su posición. Entonces se dejó de utilizar y empezamos con Arsat. Tenemos en La Rioja y Junín una estación fija. Todo lo que se genera en el canal va al satélite y podemos bajar la señal en cualquier lugar, teniendo en dispositivo adecuado. En esa época se compró un equipo móvil satelital. La primera cobertura con equipo propio fue durante el desfile del 25 de Mayo de 2005, en Andresito, con Carlos Lucero de presidente”, manifestó.
Consideró que fue un desafío “lograr tener esa tecnología y poder disfrutar de ella. No tirar un cable, subir a una torre, montar equipo, ya no interesaba el mal tiempo, solamente montar la parábola para la transmisión y ya estaba, la señal ya llega. Dependiendo en contadas oportunidades de las condiciones climáticas que se corta la señal, pero es por la banda que estamos utilizando (KU). Eso simplificó un montón. Vamos a localidades desde donde nunca habíamos podido transmitir, ahora sin problemas. Quizás en Misiones la transmisión con telefonía celular no es completa y surge el problema de la comunicación. Para hacer esta transmisión hay que hacer el llamado a la compañía Arsat. Y si no tenemos cobertura, el misionero se amaña de alguna manera igual lo logra”.
Entiende que las épocas cambiaron y que en la actualidad interesa mucho la cobertura desde localidades olvidadas. “Es todo un acontecimiento cuando llegamos con los móviles del canal. Es una alegría ver como la gente se ven reflejada por primera vez en una pantalla”, contó. Y rememoró que desde que ingresó, fue afectado al programa “De Misiones al Mercosur”, y “es admirable ver a la gente del pueblo cómo se prepara para esa jornada, desde el sábado por la tarde, y los integrantes de las bailantas que recorren muchos kilómetros para lograr su cometido: divertirse, bailar, escuchar música, y regresar. Me parece bueno y brego que se siga manteniendo por lo que significa en el aspecto social”.
La veta como docente
Unos meses antes participó una entrevista con el director de la ENET N° 1, Juan Schulze, que fue su profesor en el secundario y pidió que dedique parte de su tiempo al laboratorio e investigación de energías renovables. Ya en la facultad había hecho la tesis sobre aprovechamiento de energía solar y como “tengo como antecedente el secado de madera con energía solar, interesó a Schulze que me convocó a la escuela”.
A partir de allí, efectuaron investigaciones de todo tipo sobre energía renovable, eólica, solar, además de fundición de metales blandos con energía solar. “Todavía no había tanta tecnología pero hicimos funcionar un parabólico que tenía el seguimiento de la trayectoria del sol y durante todo el día se podía fundir tranquilamente sin usar combustible. Pasados los años, hubo un faltante de profesores, cambiaron los directivos, y me dediqué al aula, pero siempre ofreciendo un tiempo extra curricular a las actividades que los chicos querían hacer”, contó. Surgieron varios proyectos, entre ellos, de una micro turbina con colaboración del ingeniero Erik Barney para un hogar o establecimiento. “Mediante energía hidráulica almacenada en los tanques de los edificios o casas particulares, teniendo una canilla y un pequeño electro imán, al haber un corte de luz, ese electroimán funciona como válvula, deja circular el agua y provee energía de emergencia. Después el laboratorio siguió funcionando con energía solar, y el calentamiento de agua con los colectores planos”, agregó.
Yelinek siempre insiste a sus alumnos que se preparen para lo que viene. Es que si bien en lo profesional, salen con el título de técnico, también puedan ingresar a la facultad. “Les hacía ver las dos opciones y siempre tenía la satisfacción de tener buenos resultados en lo que respecta a conocimientos”, dijo, y recordó que el año pasado, salieron primeros en las Olimpiadas Nacionales de Construcción y Electromecánica. Contó que los chicos fueron con los conocimientos de un técnico electromecánico y que en el lugar, proveyeron las consignas. “Les tocó una planta industrial, y lo había que hacer con madera: desde el tronco hasta el proceso de convertirlo en mueble. Debieron responder preguntan sobre los mecanismos, los distintos dispositivos que deben llevar, la parte de seguridad e higiene, mantenimiento. Fue bastante completo”.
El proyecto se desarrolló en casi una semana. “Estuvimos con los chicos durante cuatro días pero no teníamos contacto. Por la noche nos juntábamos y teníamos ese ida y vuelta de preguntas, dudas.
Pasábamos la madrugada repasando conceptos. Y esos son los logros que después se obtienen.
Son satisfacciones que uno tiene, más por ellos que por uno, que vean que tienen la capacidad como para ser futuros técnicos electromecánicos y de muy buena madera. En varias empresas privadas de Posadas están insertos varios exalumnos de la escuela”, celebró.
Al referirse a otros desafíos, sostuvo que lo máximo que lograron fue la competencia de los autos eléctricos, conocido como Desafío Eco (única con autos eléctricos de emisión Cero diseñados por estudiantes de escuelas técnicas de la Argentina). “Eran mono plaza, similar a un Fórmula 1 pero en lugar de llevar un motor a combustión lleva uno eléctrico con batería. Tuvimos bastante éxito, llegando a obtener buenos resultados en 2014 y 2015. Ganamos la última carrera en Balcarce, donde la llegada se produjo frente al museo Fangio”, manifestó entusiasmado, quien se considera un fanático del automovilismo y del deporte en general. “Ver flamear la bandera a cuadros porque nuestro vehículo llegó en primer lugar y frente al Museo Fangio, era para que se piante un lagrimón en ese momento”, alegó.
Los colegios de Misiones eran y que las otras delegaciones “nos aplaudan, abracen y feliciten, fue muy emotivo. Sucedió el 4 de octubre de 2015 cuando, Cacho, el sobrino de Fangio, nos entregó el trofeo. El intendente también era familiar porque en Balcarce hay muchos parientes de esta gloria del automovilismo. Fueron demasiadas emociones juntas. Nos preparábamos bastante bien”. El desarrollo del monoplaza se produjo dentro del establecimiento, y las autoridades del Automóvil Club Misiones (ACM), cedían el autódromo para efectuar las pruebas, gesto por el que están sumamente agradecidos. “Todo consistía en ir puliendo de a poquito, era cuestión de tener un poquito de suerte para que se den las cosas y ganar la carrera. No es tener el auto, el piloto. La Fórmula 1 es un claro ejemplo. Ferrari tiene la plata y no gana campeonatos”, graficó.
Todos los vehículos debían ser iguales pero cada institución tuvo su manera de desarrollo. Los kits estaban compuestos por el motor, batería, ruedas pero “los pequeños detalles hacen que uno haga una mínima diferencia. Como fanático del automovilismo, algo transmitía a los pilotos para poder sacarla. Soy conocido de varios pilotos de Misiones, sigo las carreras a nivel nacional cuando puedo y el Canal me permite viajar. Tuve la suerte de ver la Fórmula 1 en Brasil”, confió.
Nacido en Villa Urquiza, específicamente en Ambrosetti y Yerbal, consideró que el desafío diario que se propone es mantenerse siempre en actividad. “Cuando amanece, agradezco al Superior o a Dios por el día que tengo que, a su vez, es un día menos en mi vida. Mi cabeza es un continuo desafío.
Para mi, quedarse parado, quieto, es como ir perdiendo energía. Tenemos marcado el inicio y el final pero mientras tanto hay que disfruta el día a día”, justificó.