Ya adentrados en el 2020, todavía surgen cifras de la administración anterior que reflejan el peso de la herencia.
Recientemente fuentes oficiales informaron que la cantidad de empleo registrado en el sector privado cayó 2,6% en diciembre y alcanzó los niveles de 2010.
Los datos están reflejados en la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) realizada por el Ministerio de Trabajo, que abarca a los principales centros urbanos del país.
En tanto y en base a los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en noviembre se contabilizó un total de 6.027.000 trabajadores registrados en el sector privado, con una merma de 155.700 puestos respecto del mismo mes del año anterior (-2,5%).
En base a estos datos, que la cartera nacional suele dar a conocer de manera conjunta, en los meses de noviembre y diciembre pasado continuó la situación de deterioro del trabajo registrado.
Así las cosas, queda confirmado que los últimos cuatro años fue un tiempo perdido para el empleo asalariado registrado. Especialmente los últimos dos, cuando se redujo sin pausas alcanzando una retracción de casi 5% y ubicándose en un nivel similar al del 2010.
En términos absolutos, entre noviembre de 2015 y noviembre de 2019, se perdieron 234.000 puestos de trabajo registrado en el sector privado.
Durante el último mes del año pasado, la rama con mayor caída en el empleo registrado fue la construcción, con una baja de 5,0% mensual y 14% interanual, lo que dejó en evidencia la profunda crisis que aqueja al sector.
Datos duros de la realidad. Cifras indiscutibles que hablan del magro cuando no horrible desempeño de una gestión que, sin embargo, se jacta de haber sentado las bases para el crecimiento.