Las enfermeras lo llaman el “niño del milagro” porque, en sus días más críticos, debieron reanimarlo más de una vez para que no falleciera. Hoy Felipe Romero, de dos años y once meses, está a un pasito de volver a su casa, en Montecarlo después de estar un mes y diez días internado en el Hospital de Pediatría de Posadas.
El pequeño fue diagnosticado con síndrome urémico hemolítico, conocida como la enfermedad de la carne, causada por una bacteria productora de una toxina, que suele estar presente en los alimentos (especialmente en las carnes) y en el agua. Tanto en niños como en adultos, esta es una enfermedad grave que trae muchas complicaciones y puede producir la muerte.
Los signos y síntomas iniciales de esta forma de síndrome urémico hemolítico pueden incluir diarrea, dolor, cólicos o hinchazón en el abdomen, vómitos y fiebre. Precisamente, con estos síntomas fue llevado Felipe el 29 de diciembre al hospital de Montecarlo. Al día siguiente fue derivado al SAMIC de Eldorado y de allí, ya con convulsiones, al hospital de Pediatría donde llegó en un estado muy crítico.
Ya come y respira solo
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, sus papás, Fabián y Paola, contaron felices ayer que su hijo está desde hace una semana en la sala común, después de haber pasado casi 20 días en Terapia Intensiva con respirador y diálisis, y una semana de terapia intermedia.
“Hace 15 días que está sin respirador y hace tres días que le sacaron la sonda a través de la cual se le daba la alimentación parenteral, porque ahora ya está comiendo por sí solo. Tampoco le están haciendo más diálisis desde que salió de Terapia Intensiva, sus riñones están funcionando muy bien”, contaron.
En tanto, los médicos comenzaron ayer a reducir la dosis del tratamiento para el dolor, a base de morfina, para que su cuerpo se vaya acostumbrando y no sufra abstinencia. Incluso las lesiones detectadas en su cerebro que los especialistas adjudican como consecuencias de las numerosas convulsiones que sufrió el pequeño no generaron, hasta el momento, secuelas neurológicas en el pequeño.
“Los neurólogos nos dicen que él está muy bien pero le van a dar una medicación preventiva, pero el estudio no muestra ninguna secuela. Sí tendremos que volver cada 15 días a Posadas para controlar sus riñones con la médica nefróloga”, indicó su papá.
“Los médicos se sorprenden con la rapidez de su evolución y que ha superado el cuadro tan crítico con el que ingresó al hospital, las enfermeras le dicen el ‘chico del milagro’ porque los primeros días que estuvo en terapia lo trajeron varias veces de vuelta a mi hijo. Estamos muy agradecidos con todos los profesionales”, remarcó.
Está un poco asustado
En cuanto a su estado de ánimo, el papá precisó que “desde que salió de la sedación se muestra un un poco asustado, pero está bien, jugamos y claro que tanto él como nosotros estamos cansados y ansiosos, extrañamos mucho nuestra gente, especialmente a nuestra hija Agustina, y nuestra casa”.
La familia se mostró muy agradecida con sus amigos de Montecarlo que organizaron varias actividades para recaudar dinero que les posibilitó pagar el alquiler de su casa y los servicios, además de poder hacer frente a los gastos durante este tiempo en Posadas. “Ahora volveremos y arrancaremos de cero, pero Dios dirá, lo importante es que Felipe esté bien de salud”, confió Fabián que en diciembre pasado cumplió un año como desempleado.
Cuenta regresiva
Felipito sería dado de alta del Hospital de pediatría de Posadas el lunes o martes de la próxima semana y por fin, podrá regresar con sus padres y su hermana a su casa en Montecarlo.