Es una medida que estaba en vigencia allá por los años 1958 a 1980 del siglo pasado, cuando nosotros los maestros ingresábamos en las colonias para enseñar y no había el local escolar.
Entonces se formaba la comisión cooperadora que se encargaba de construir algunas aulas de madera con tablas que a veces eran aserradas a mano -a mí me tocó vivirlo del año 1961 al 1963 cuando fundé la Escuela Provincial Nº 99 en la Colonia Adolfo J. Pomar.
Esta medida se llama “Promoción humana”, pues se saca al ciudadano de la vereda de enfrente que espera que el Gobierno haga todo, siendo él un espectador.
Pero si se le da cierta autoridad, él va a colaborar en la tarea municipal comunitaria, hasta es capaz de plantar un árbol que se le entregó para ese fin y cuidará que traviesos no lo rompan.
Con la modalidad de la tarea comunitaria se logran grandes avances en el ordenamiento y crecimiento que se emplea en la hermana República del Brasil -hay que apreciar el embellecimiento de las localidades de Nova Petropolis- Gramado y Canela que lo consiguió mediante la promoción humana.
Allá, el vecino cuida y embellece su frente con flores y plantas de adorno. Aquí, todavía tenemos vándalos que rompen un árbol recién plantado- todo es cuestión de delegar y pedir participación del vecindario que cuando se sienta un poco dueño de lo que se le dio para cuidar, él lo hará y entonces facilitarnos la tarea gubernamental y hasta podríamos comenzar a arbolar la tan querida ruta nacional 14 con lapachos y otros árboles que florecen extraordinariamente porque los espacios dejados para esa vía permiten la presencia de esos árboles y también flores.
Soy docente promotor social formado por el Honorable Consejo General de Educación de la Provincia de Misiones allá por el año 1967 del siglo pasado por eso hablo con experiencia y conozco los alcances de la capacidad humana- para colaborar cuando se le vaya delegando responsabilidad comunitarias.
Alfredo E. Halberstadt
San Vicente (Misiones)