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El diputado Ariel “Pepe” Pianesi propuso que “en los festejos de egresados de universidades públicas, privadas e institutos superiores de la provincia, los alumnos no desperdicien alimentos en las celebraciones de egreso”.
La iniciativa surgió con la intención de dar un giro al tradicional “ritual” en el que familiares y amigos de los egresados suelen arrojar huevos, harina, yerba, aceite y mezclas con todo tipo de alimentos en estado de descomposición.
Pese a que pueda parecer divertida, esta costumbre genera una gran cantidad de alimentos derrochados y a su vez, significa una pérdida importante de agua potable utilizada para limpiar el espacio público.
“Con esta iniciativa buscamos concientizar a los estudiantes sobre la forma de festejar los egresos. La actual celebración sólo nos lleva a desperdiciar comida que resulta de muchísima utilidad para los que menos tienen”, señaló Pianesi.
Al respecto, PRIMERA EDICIÓN habló con el coordinador del proyecto AlimenDar en Posadas, Gionas Borboy, quien celebró la propuesta ya que “el problema de la pérdida y el desperdicio de alimentos es un problema que nos incumbe a todos. No hay acciones pequeñas en esta lucha”.
Con respecto a las cifras, Borboy calculó que por alumno recibido, se arrojan aproximadamente cuatro kilos de comida, que podría ser el alimento de quienes más lo necesitan.
Cotillón, no comida
El integrante de la red AlimenDar explicó que este mal hábito del desperdicio puede ser fácilmente reemplazable por otro tipo de acciones que no perjudiquen al medio ambiente ni a las personas que luchan diariamente por obtener alimentos.
Qué bueno sería pensar, por ejemplo en “donar esos alimentos que pensamos tirar a comedores que los necesiten”, consideró y agregó que “llevando adelante estas acciones, los festejos del próximo profesional se vuelven mucho más especiales”.
No se trata de prohibir los festejos, sino de transformar un patrón cultural del derroche para aportar a la mejora de la calidad de vida de la comunidad. Para ello, ya existen “kits” de “cotillón” que pueden reemplazar perfectamente a la comida.
Compromiso social estudiantil
A comienzos del 2015, estudiantes universitarios de diversas regiones del país presentaron proyectos para “festejar sin romper los huevos”. Espacios públicos que terminan totalmente cubiertos de mugre y alimentos desperdiciados fueron los ejes en los que se basaron para proponer nuevas tradiciones.
En Córdoba, por ejemplo, optaron por festejar con elementos de cotillón, serpentinas y espuma. Mientras que los alimentos en buen estado previstos para arrojar a los egresados se destinaron a la institución Banco de Alimentos.
En La Plata realizaron acciones similares: allí, la Universidad realizó un presupuesto para un kit de cotillón que se entregaría gratuitamente a cada egresado, a cambio de la donación de alimentos en buen estado.