Dr. Julian Ferreras
Investigador de CONICET y Docente de la FCEQyN de la UNaM.
Director del Instituto de Biología Subtropical (UNaM-CONICET)
Miembro del equipo organizador del Café Científico Posadas
Después de esta pandemia, que pasará, no seremos los mismos. El rápido desarrollo de los acontecimientos tensa al extremo toda nuestra estructura y organización social, no en nuestro pueblo, en nuestra ciudad o nuestro país, en el mundo. Es un desafío sin precedentes para la mayoría de nosotros tanto a nivel individual como colectivo, para nuestros gobernantes, para nuestras instituciones, para nuestras relaciones.
Todos, o la mayoría, estamos tratando de ajustarnos a las medidas recientes de distanciamiento social y cuarentena, casi sin tiempo de procesar los cambios y abrumados por la cantidad de información de la más variada naturaleza.
A esta altura, la mayoría ya habremos escuchado algunas palabras que no nos eran tan habituales y que nos comenzarán a sonar familiares, estrategias de mitigación o supresión, incidencia y prevalencia, pandemia, epidemia y brote, etc. (al final se adjunta pequeño glosario).
Y en eso de ajustarnos a la situación actual, comenzamos a pensar en cómo seguimos, porque lo definitivamente importante será lo que hagamos después. Todos los gobiernos, o quienes tienen poder de decisión, están pensando (o deberían) cómo seguimos después de esta fase inicial.
En estos momentos, miles de personas en todo el mundo están buscando desarrollar vacunas y probar nuevas drogas, están optimizando procedimientos de intervención, incorporando equipamiento vital, etc, por lo que nuestra necesidad más urgente es ganar tiempo para tener mejores armas para enfrentar esta adversidad con menores costos.
Esto pasará y deberíamos haber aprendido muchas lecciones. Una de las más importantes es que deberíamos revisar nuestras prioridades como sociedad y optimizar los mecanismos de toma de decisiones.
En estos días circuló una copia de una publicación científica1 sobre coronavirus del año 2007, que en una parte decía “La presencia de un gran reservorio de virus del tipo SARS-CoV en murciélagos rinolófidos, sumado a la cultura de comer mamíferos exóticos en el sur de China, es una bomba de tiempo”, finalizando “…la necesidad de prepararnos no debe ser ignorada”.
Obviamente, esta no es la única publicación del tema. Si uno hace una búsqueda bibliográfica básica, encontrará trabajos anteriores y posteriores a esta fecha. La realidad es que varios años después, no estamos preparados. Podríamos aplicar rápidamente el molesto “te lo dije”, pero nos quedaríamos sin ver la raíz del problema.
Porque todos tenemos responsabilidad como sociedad. Los gobiernos que no escuchan a sus científicos o no invierte en los recursos necesarios, los científicos que hablan entre ellos, la sociedad que no exige -ni a uno ni a otros- responsabilidades por las cosas realmente importantes y mira para otro lado mientras tenga su entretenimiento favorito al alcance de la mano. Y así podríamos enumerar muchas más.
¿Cuántas bombas de tiempo estarán por estallar y no lo sabemos? Seguramente varias. Cambio climático por empezar. Hay otras que desde hace rato nos estallan todos los días, solo que ya estamos acostumbrados al ruido.
Hoy, 24 de marzo, es el día internacional de la tuberculosis. La Organización Mundial de la Salud, la declaró una emergencia global en 1993 y, aunque algo se ha progresado, hoy en día mueren alrededor de 1.500.000 personas por año, muchos de ellos por falta de acceso a diagnóstico y tratamiento. Más de 4.000 personas por día, todos los días2. ¿Podríamos haber hecho algo diferente? Seguro que sí.
Esta pandemia nos pone frente a un espejo y debería ser una oportunidad. Cuando esto pase, que pasará, seremos diferentes. Debemos serlo.
1Clin Microbiol Rev. 2007 Oct; 20(4): 660–694. doi:10.1128/CMR.00023-07
2https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tuberculosis
Breve Glosario:
(Science Matters: Let’s Talk About COVID-19. Imperial College London, J-IDEA)
Incidencia: Número de nuevas infecciones durante un determinado intervalo de tiempo.
Prevalencia: Número de personas infectadas en la población durante un determinado intervalo de tiempo.
Pandemia: Una epidemia que se ha extendido a varios países o continentes, generalmente afectando un gran número de individuos.
Epidemia: La ocurrencia de casos de enfermedad en un número mayor a lo normalmente esperado. Usualmente se refiere a un área geográfica mayor que en un brote.
Brote: La ocurrencia de casos de enfermedad en un número mayor a lo normalmente esperado. Usualmente se refiere a un área geográfica menor que en una epidemia.
Mitigación: Estrategia de intervención no farmacéutica enfocada en enlentecer, aunque no necesariamente para la propagación de la epidemia, reduciendo el pico de demanda de los sistemas de salud, mientras se protege a aquellos que presentan mayor riesgo de enfermedad severa.
Supresión: Estrategia de intervención no farmacéutica enfocada en revertir el crecimiento de la epidemia, reduciendo el número de casos a niveles bajos y mantener la situación indefinidamente.