Desde que se declaró la Emergencia Sanitaria y Epidemiológica en todo el país, numerosos espectáculos, muestras, recitales y funciones de cine y teatro debieron suspender o prorrogar sus carteleras. Ante esta situación, artistas y promotores independientes de la cultura, se volcaron masivamente a las redes sociales como vía de expresión e interacción con el público.
Este vínculo cambió también los hábitos de la familia misionera que ahora participa de manera interactiva en clases de baile, pintura, espectáculos musicales y talleres de escrituras, desde la calidez de su hogar.
Del escenario al living
La Guitarreada fue uno de esos grupos de música que abrió las puertas de su estudio para compartir veladas de puro folclore a través de las redes sociales para reencontrase con su público.
Además, formó parte de la apertura de la serie de recitales online organizado por la Secretaría de Cultura provincial: “Generalmente nos juntamos todas las semanas y queremos que la gente participe, nos pidan los temas que les gusta y así hacerlos partes del ensayo, porque es una forma de llegar a todos los amigos que siempre nos preguntan por las peñas” comentó Edgardo Battaglia, integrante del conjunto.
El músico definió al lugar de ensayo un laboratorio de ideas donde “estamos pensando tocar en un escenario para que la gente disfrute desde su hogar y por supuesto, repetirlo todas las semanas para no perder el contacto, que es lo que nos hace bien” definió.
Danza en familia
El sedentarismo y la falta de actividad física es otro de los problemas que acarrea quedarse las 24 horas dentro de las casas, sobre todo para personas que sufren otro tipo de enfermedades no transmisibles como: la diabetes, la obesidad y la hipertensión.
Es por ello, que el profesor de danzas Dany Toledo decidió continuar con sus clases de danzas para toda la familia, los martes y jueves a partir de las 18 y los viernes danzas clásicas adaptadas y árabes en su cuenta de Facebook: “Es una manera divertida, les queda la reproducción de los videos y también para que no se corte el vínculo” definió el profesional.
Esta forma de enseñanza también creó enriquecedoras experiencias entre el profesor y los alumnos, quienes participan activamente en cada clase. “Tengo alumnos muy chicos y señoras grandes que me mandaban videos de ellas bailando desde sus casas, después tengo un nenito con autismo que está en pañal mirando el televisor, su mamá conectó el televisor y él está enfrente bailando, eso fue algo muy fuerte” expresó.
A su vez, explicó que muchos adultos “no tenían Facebook, entonces les pedían a los nietos o a los hijos para que les creen cuentas y así poder seguirme desde allí. Es muy groso lo que se puede lograr, es hacer algo para superar lo que estamos pasando. Si bien todos sabemos como prevenir estas cosas, hay que sacar a las personas por un momento, para que piensen en algo divertido o sino sería como si cada vez nos sugestionáramos más”.
Vale destacar que al comienzo de cada jornada, el bailarín brinda una breve charla sobre los cuidados que se deben tener para prevenir la propagación del coronavirus y el dengue porque “está bueno, y más que trabajo en Salud Pública, creo que hay un doble mensaje y creo que está bien así”.
Otra de las vivencias que trae aparejada estas clases desde las casa es el fortalecimiento en la convivencia donde “las señoras que bailan zumba por lo general no están acostumbradas a bailar frente al marido y me comentaban que sus parejas las miraban, les cebaban mate y se mataban de risa por estar encerrados juntos. Se creaba un clima re lindo o por ahí la mamá que iba a zumba y la hija no, terminaban bailando juntas” contó.
Incluso otras situaciones se daban al realizar las clases adaptadas porque me “enfoco en personas mayores o con discapacidad, siempre trato de hacerlas donde me puedan seguir los abuelos que comienzan a bailar y para mi es algo muy feliz” finalizó.
Pintar en casa
A estas experiencias se sumaron las artes plásticas de la mano de Claudia Olefnik, quien comenzó a brindar sus talleres de pintura en vivo: “El primer video fue como una prueba, tenía una cámara de una calidad bellísima, pero no veía quien me estaba mirando, después encontré la manera de dar vuelta mi teléfono para ocupar la cámara frontal y pude interactuar con la gente” contó.
Esta manera de seguir en contacto con su grupo, mantuvo la esencia de seguir haciendo lo que los apasiona: la pintura. “Tengo gente grande y que está dentro de la población de riesgo que me habla que tiene miedo, porque siempre el taller fue un lugar de convivencia donde uno comparte todo lo que le pasa, pero ahora uno está en su casa y se siente sola, se siente aislada, se sienten mal y tienen miedo, entonces empecé a sentir esa angustia y de todo el mundo y dije no.
Siempre fue la pintura esa forma de trasladar esa parte negativa de la vida, por un momento olvidarte de todo y disfrutar de pintar y de compartir, hablar, reírnos, tomar el mate y es donde se genera todo un compañerismos y de repente estamos solos y aislados, asustados, viendo noticias. La verdad no tuve las costumbres de hacer estos videos, pero puse un cartelito en Faceboock y se enganchó toda la provincia y de otros lados.
Justo estaba pintando una flor de Loto que me parecía algo muy tranquilo como para salir del tema. La verdad que todo el mundo se enganchó” contó la pintora.
Las clases se dictan en el horario habitual “es extraño pero la pasamos bastante bien, hice una hora de video la verdad que fue divertido y la paso bomba, imaginate, estoy pintando. Creo que en estos tiempos nos va a salvar la solidaridad de quedarnos en casa, de respetar y de ayudarnos” explicó.