Los choferes de la empresa local que entre el miércoles y el jueves trasladaron a dos contingentes de pasajeros -presumiblemente procedentes de Brasil- desde Puerto Iguazú y Bernardo de Irigoyen regresaron el domingo por la tarde a esta ciudad y ya están cumpliendo el aislamiento obligatorio, bajo custodia policial, luego de la revisión médica correspondiente.
El intendente Carlos Koth encabezó personalmente todo el proceso que involucró a parte del equipo municipal, de Salud Pública, a efectivos de la Policía de Misiones y de Gendarmería Nacional, así como a la Justicia Federal.
Apenas la unidad que regresaba a Misiones del centro del país traspuso el límite municipal de Puerto Rico, fue interceptada por los gendarmes de un puesto de control montado sobre la ruta nacional 12, quienes ya tenían el dato preciso del horario de arribo de la combi. Allí, luego del control de las documentaciones, se procedió a la desinfección total del transporte.
Paralelamente se sometió a los dos conductores y a dos pasajeros (con domicilio en esta ciudad y que formaban parte del pasaje) al control médico correspondiente, para luego ser trasladados al lugar donde cumplirán la cuarentena obligatoria.
Los dos pasajeros quedaron alojados en su domicilio particular, en el que cumplirán los 14 días de aislamiento, mientras que los choferes fueron albergados en la residencia particular del propietario de la empresa, donde cumplirán con la medida obligatoria, en ambos casos con custodia policial.
En tanto, el transporte fue secuestrado por orden del juez Federal de Oberá, Alejandro Gallandat, quien ordenó su resguardo también en el domicilio del empresario, luego de una segunda desinfección total concretada por el equipo de la Municipalidad de Puerto Rico.
Entre la noche del viernes y la mañana de ayer, el mismo procedimiento se realizó con la primera unidad de la empresa local, que regresó sin pasajeros.
El chofer de dicha unidad también fue enviado, con custodia policial, a guardar la cuarentena obligatoria, mientras que el móvil fue desinfectado y estacionado en el domicilio particular del propietario de la empresa. Este operativo también fue supervisado por el jefe comunal.