Las dudas sobre el nivel de resistencia para subsistir dentro del difícil contexto tienen sus variantes. Los que cuentan con un poco más de resto de dinero inclinan su preocupación sobre lo que vendrá luego de la cuarentena. Mientras que entre los más ajustados vivir el día a día alimenta la exigencia constante, dentro de una crisis que hace tiempo dejó de ser únicamente sanitaria.
Roberto, vendedor de revistas que tiene su local en el microcentro posadeño, relató en diálogo con PRIMERA EDICIÓN: “Decidimos cerrar el local porque la gente no puede acercarse. Nos estamos manteniendo en trabajo con la distribución de las colecciones, pero no son baratas”.
“La baja de la venta es del 90%, por decir que se mueve algo”, sentenció y agregó: “Tenemos una pequeña reserva que nos permite aguantar a un cliente. Si embargo, antes podíamos aguantar hasta cuatro revistas, no había problema porque existía circulante, ahora aguantar hasta dos ya no se puede”.
“La situación todavía no es asfixiante, pero sí preocupa lo que va a ser a futuro, estamos corriendo atrás de la cola porque no se está viendo nada para que crezca más adelante”, cuestionó.
“Para cuando termine la cuarentena las expectativas son muy bajas. Nosotros estamos trabajando con colecciones que están a punto de terminar y al mercado no salió nada nuevo. Entonces quedamos acéfalos esperando que llegue algo de Buenos Aires. Mientras no llegue nada nos mantendremos con las revistas que ya desde hace años, dentro del rubro, pasaron a un segundo plano. Antes una determinada revista se vendía 25 o 30 números en una semana, hoy se vende cuatro, pero ahora cuando se reactive la venta va a ser todavía menor, todo suelto”.
Por su parte, David C. de profesión albañil expresó: “Está todo parado en lo que es la construcción, estamos sin trabajar desde que comenzó la cuarentena y se complica mucho para lo que vivimos de lo que ganamos en el día a día. Yo no tengo recibo de sueldos, por ejemplo. Entonces si no trabajo todo se me complica”.
“No queda otra que seguir esperando que pase todo esto lo más pronto posible. Por el momento estamos sobreviviendo”, finalizó.
Cuestionaron que los gastos son mayores que el ingreso
Los profesionales autónomos, en su gran mayoría, debieron suspender o ver mermar sus actividades. A la problemática se suma, según remarcaron, que las obligaciones en relación a los gastos siguen siendo iguales o superiores a los meses anteriores.
En diálogo con este Diario, la licenciada en Psicología, Alejandra Mana, indicó: “En lo que tiene que ver con el consultorio había decidido hacer una pausa por la primera parte de la cuarentena, pero a la semana, acompañado a la necesidad económica y los gastos que una tiene a diario, apareció la demanda de los pacientes en todo lo relacionado a la sintomatología que deriva del aislamiento”.
Por eso, “a la semana retomé mi actividad de manera online. De esa manera puedo estar conectada con ellos para seguir manteniendo el espacio. Sin embargo, la cantidad de trabajo se redujo un montón porque si bien están los que se adaptan a esta nueva modalidad, hay muchos otros que suspendieron y están a la espera que se puedan retomar las sesiones presenciales”.
“Mi necesidad económica se debe a la obligación de pagar cuestiones habituales, monotributo, la cuota del Colegio de Psicólogos, alquileres y gastos de servicios”, relató y añadió: “Los gastos son mayores que el ingreso, en este momento. Nos llegó la factura de luz por el consultorio y el monto que debemos abonar es como si hubiésemos ido todos los días y prendido el aire acondicionado. Desde la empresa de energía lo justifican diciendo que los operarios no pueden salir a hacer los controles y por eso nos cobran montos semejantes a lo que fue el mes anterior”.
“Más allá que este mes no contamos con el mismo ingreso, hay otras cuestiones que circulan en nuestro lado económico y nos preguntamos por qué. En la realidad nosotros tenemos que seguir pagando el alquiler, la luz, pagar todo. La incidencia va a ser grande y de hecho en este mes eso ya está sintiendo con las boletas de alquiler y servicios”, culminó.
“Muchos de nuestros colegas van a tener que cerrar”, aseguraron
Fernanda Mayol, dueña de un negocio de fotocopias, señaló: “Para nuestro rubro es terrible esto que pasa porque nosotros veníamos de dos meses de parate cuando no había clases. El fuerte para nosotros es justamente el movimiento de marzo y esto fue un golpe fatal. Los primeros días de marzo empezamos tímidamente a mover, con los estudiantes, juzgados, todo el rubro que abarcamos, pero de golpe pasó todo esto y se cortó”.
“Habíamos tomado créditos para reiniciar la actividad este año pero ahora se cortaron las cadenas de pago. Es terrible”, expresó.
Al mismo tiempo dijo: “Muchos de nuestros colegas van a tener que cerrar. Nosotros vamos a seguir, tenemos la ventaja que no pagamos alquiler”.
“Las expectativas son que se va a empezar lentamente, porque los chicos necesitan el material para estudiar, los cuadernillos, apuntes, los materiales que los profesores están mandando. Queremos creer que se va a reactivar, no sé si full time como quisiéramos pero ojalá alcance para cubrir la olla de comida de cada día”, opinó.
En tanto Leo Rojas, que trabaja junto a Macarena Navarro en la producción de alfajores artesanales, pastelería y repostería, recordó: “Decidimos parar completamente por una cuestión de salud pero a todos nos toca muy duro el tema de lo económico. Lo que hacemos representa el 100% de nuestros ingresos”.
Sobre la decisión de parar la producción contestó: “Nos parece muy importante cuidar a los chicos que trabajan haciendo servicio delivery, porque paró casi todo pero los pibes siguen trabajando y jugándose la vida cada vez que salen en su bicicleta para llevar la comida a alguien”.
“Tuvimos la suerte de alcanzar un ingreso importante antes de la restricción, con eso dijimos ‘aguantamos 15 o 20 días con esto’, para lo cual tuvimos que hacer todo un plan sobre qué conviene comprar para no pasar hambre”, relató y añadió: “En términos económicos desde que empezó la cuarentena no podemos generar nuestros ingresos de dinero. Lo vamos a sostener hasta donde podamos. Ojalá se termine en la fecha que señalaron (12 de abril) porque pensamos seguir cuando finalice la cuarentena. Nuestro deseo sería que esto se termine mañana porque necesitamos ponernos a trabajar”.
A su vez, Valeria Fernández, vendedora de artículos sublimados, apuntó: “La situación me tiene muy afectada. Estoy planificando qué hacer mientras no se puede trabajar, opté por seguir publicando sobre mi trabajo en internet. Para cuando pase la cuarentena tengo que salir a hacer unas entregas pero no cuento ahora con un móvil para hacerlo, ni proveedores que estén trabajando. Las cosas se complican”.
Mientras tanto, “estoy aguantando con lo que tengo ahorrado, ya que nuestro rubro de textiles no tiene proveedores en este momento”, finalizó.