Construir macetas con botellas de plástico para plantar plantas propias de tomate es la solución perfecta para quienes deseen disfrutar de tomates orgánicos de su propia cosecha y no dispongan de un patio donde instalar su propio huerto urbano.
EcoInventos compartió, a través de su página web, una idea fácil y ecológica para darle una segunda vida a las botellas que suelen terminar en la basura, sumando a las toneladas de plástico que se desechan día a día. Además, una de las grandes ventajas de esta forma de cultivo es que no se tendrá que entutorar los tomates (ponerle una guía para que se mantenga de pie la planta).
Los materiales que se necesitan son: Botellas de plástico, preferentemente de dos litros; cuter o tijera; palo, cuerdas o alambre; filtro de café o algún resto de bolsa ecológica de friselina (que no sea impermeable), plástico negro o algún tipo de material que no permita el paso de la luz, una opción pueden ser las bolsas en las que viene el alimento para las mascotas; y plantines de tomates.
Antes de pasar a las macetas colgantes, tienen que tener los plantines listos de tomates, eso significa que antes tuvieron que empezar desde cero con la siembra.
Lo primero que deben tener son unas buenas semillas, si son ecológicas mucho mejor, y sino obtenerlas de los propios tomates que compran en las verdulerías.
La planta de tomate se comienza en semillero, a fines del invierno o principio de primavera.
Una vez obtenidas las plantas de tomates crecidas, es el momento justo para plantar en las macetas.
Es importante asegurar que el tiempo mejoró en primavera y ya no corren riesgos de heladas.
Según aconsejaron, en pocos meses se podrán cosechar los propios tomates y disfrutar de su sabor, lo ideal sería obtener las semillas de las propias verduras cosechadas y así ir mejorando y adaptando las semillas a su clima.
En el paso a paso de la plantación es recomendable lavar la botella de plástico: para ello, retirar la etiqueta si así se desea, normalmente es recomendable ya que se acabará estropeando, cayendo y ensuciando.
Luego, cortar la parte de abajo de la botella de forma cuidadosa y colocar la parte inferior en el interior en una posición invertida, debe encajar cómodamente.
Realizar agujeros a los laterales para poder colgar la maceta . Además, se puede pasar un palito por los agujeros (de lo posible que estén en la misma posición para que quede en equilibrio), o directamente con un cordón (siempre y cuando sea resistente al peso de la maceta).
Perforar la parte inferior (previamente cortada) de la botella: realizar de 10 a 15 agujeros para que la propia botella actúe como dispensador de agua y riegue la planta.
Colocar la planta dentro de la botella: conviene trabajar con plantas que no se hallan desarrollado demasiado tiempo en el semillero, así se facilita su colocación dentro de la botella.
Realizar un agujero en el centro del filtro de café y pasar la planta a través de este; envolverla suavemente alrededor de la base para que cubra la tierra.
Sacar la planta por el cuello de la botella, con cuidado, pasar la planta de tomate a través del cuello de la botella, asegurándose que el filtro quede pegado al plástico.
También se le puede hacer agujeros en la parte del cuello de la botella para asegurarse un buen drenado, pero es opcional dependiendo de que tanto llueva en la zona.
Colocar la botella boca abajo y rellenar con tierra. Recordar que se debe dejar espacio para el dispensador de agua.
Una vez finalizado, rellenar con agua el depósito, el cuál dependiendo de las lluvias de cada zona, se recargará sólo o será necesario hacerlo manualmente.
Finalmente, cubrir la botella para proteger las raíces de luz: una clave para tener éxito es cubrir la botella (ya sea con cinta adhesiva, plástico negro o pintar la botella antes de colocar la planta), para que las raíces no queden expuestas a la luz solar.