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También los misioneros acudieron a la compra compulsiva de cloroquina e hidroxicloroquina, fármacos que hoy están siendo estudiados en pacientes con COVID-19 para evaluar su efectividad para reducir los efectos de la enfermedad en los cuadros más graves.
Este aumento de la demanda se visibilizó en las farmacias misioneras y se sintió especialmente durante marzo, en las primeras semanas del avance de la pandemia en el país, según confirmó a PRIMERA EDICIÓN el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Patricio Schiavo.
“Algunas personas compraron estos fármacos para tenerlos como preventivos; no sólo aumentó la demanda de alcohol, barbijos, guantes sino también de este tipo de medicamentos que aún está en fase de prueba porque la gente quiere tenerlos en sus casas por las dudas”, precisó el profesional.
Pacientes debieron cortar su tratamiento
Según confirmó, “durante marzo la demanda superó la oferta porque estos medicamentos que se vendían un millar a nivel país de golpe pasaron a demandarse 100.000 unidades y obviamente no hay producción que pueda responder esa demanda. Por eso, hubo faltante de estos fármacos durante unas semanas, pero en la actualidad ya hay nuevamente stock en algunas de las farmacias locales”.
De hecho, esto es muy importante porque estos medicamentos son utilizados para el tratamiento de diversas enfermedades, entre ellos la artritis reumatoidea y el lupus eritematoso sistémico y discoide, y estos pacientes se vieron obligados a suspenderlos porque de un día para otro no pudieron encontrarlos en las farmacias.
“Es muy peligroso que la gente se automedique y además desaconsejamos que la gente salga a comprar medicamentos para guardarlos en forma preventiva porque esto afecta a los pacientes que sí necesitan estos fármacos por sufrir diversas afecciones y hoy les cuesta mucho conseguirlos en las farmacias porque hay escasez de estos productos”, destacó Schiavo.
Según recordó, algo similar ocurrió en 2009 con el Oseltamivir “la mayoría de las personas querían tener una cajita de este medicamento por si se enfermaban de gripe A H1N1, fue tal la demanda que el Estado se vio obligado a centralizar el suministro de esta droga. Con la cloroquina e hidroxicloroquina hasta ahora no ocurrió eso, pues aún vendemos en las farmacias con receta médica, pero es una posibilidad si la demanda sigue aumentando”, remarcó.
Peligrosas consecuencias
El médico y director del Instituto de Inmunooncología que lleva su nombre, Ernesto Crescenti, advirtió sobre los riesgos de caer en manos de nuestro propio diagnóstico y posterior ingesta de medicamentos.
“La llegada del coronavirus provocó un aumento en la compra de cloroquina e hidroxicloroquina, y una gran cantidad de personas los utilizará sin una real indicación médica. Hasta el momento no hay ninguna evidencia científica que confirme que estos medicamentos sirven para prevenir o tratar infecciones por COVID-19”, señaló.
En este contexto, alertó que “el uso de estos fármacos sin una correcta indicación médica puede provocar graves efectos en el organismo del paciente que pueden ir desde problemas cardíacos hasta problemas neurológicos”.
Hasta el momento, se publicaron dos estudios médicos sobre uso de estas drogas en pacientes con COVID-19, uno en Estados Unidos donde no se vio efectividad con el tratamiento de la hidroxicloroquina con azitromicina en pacientes graves. Otro, en Brasil, publicado esta semana, que usó la cloroquina y fue suspendido porque los pacientes se estaban intoxicando.