Acostumbrados al colchón y al combate mano a mano, los chicos de la Asociación Misionera de Lucha se preparan para una nueva pelea: superar el parate por la pandemia de coronavirus, recuperar el tiempo perdido y seguir con la puesta a punto para los compromisos nacionales de lo que quede de la temporada.
Como en casi todos los deportes, el parate obligatorio pegó duro en los luchadores olímpicos de la tierra colorada, comandados por el profe Adrián Báez, un referente de la disciplina a nivel regional y nacional. En efecto, Misiones es una de las provincias que hace punta en la disciplina.
Pues bien, en busca de un nuevo año de éxitos, el equipo había arrancado la preparación para la temporada sin perder el tiempo, nada más y nada menos que el 2 de enero. Había objetivos importantes en el camino, pero el virus obligó a replantearse todo.
“Estamos todos parados y se suspendieron todas las actividades nacionales. Nosotros habíamos arrancado el 2 de enero con entrenamientos en doble turno. Habíamos tomado el peso y elaborado el plan de cada uno de los chicos de cadetes y juveniles, que iban a ser los primeros en salir a competir”, explicó Báez a EL DEPORTIVO.
Desde aquella fecha y hasta mediados de marzo, los chicos entrenaron todos los lunes, miércoles y viernes lo técnico y táctico, mientras que martes y jueves era hora del colchón, la lucha a pleno. La meta era el Selectivo Nacional previsto para el 28 de marzo. En ese torneo se conocerían los clasificados al Panamericano de cadetes, en julio en Brasilia, y al de juveniles, en Argentina. Todo quedó trunco.
“Eran 12 chicos los que iban a ir a ese Selectivo, que se iba a hacer en las instalaciones de Boca Juniors. Todo quedó suspendido y tuvimos que abandonar el esquema de entrenamientos, así que imaginate cuánto afectó todo esto en lo deportivo”, analizó Báez, quien de todas maneras agregó que “los chicos están entrenando en sus casas, de manera de no perder la motivación”. Claro que no es lo mismo.
¿Cómo sigue la cosa? Como en todas las disciplinas, no hay certezas. Y mucho menos, fechas. Todo depende de las medidas a nivel nacional y del regreso del deporte que, aseguran, será lento y escalonado. A matar la ansiedad y esperar.
En ese sentido, más allá de lo deportivo, Adrián reconoce que la emergencia sanitaria no es un tema menor. “Teníamos que parar sí o sí. Imaginate que se postergaron los Juegos Olímpicos. Y nosotros conocemos a Agustín Destribats, el único argentino clasificado a Tokio. Compitió semanas atrás en el preolímpico con Ricardo, mi hijo. Venía afilado, tenía un plan. Y bueno, todo esto afecta, porque hay que rearmarse nuevamente”, explicó Báez.
Es por ello que para el profesor, una vez que regrese la actividad y se pueda volver a entrenar, será clave el aspecto psicológico de los chicos para recuperar el terreno perdido. “Una vez que regresemos, habrá que ver cómo pegó todo esto anímicamente en los chicos, porque para cualquiera que esté acostumbrado al ritmo de entrenar todos los días, esto te saca de foco. Es una cuestión psicológica. Por eso digo que el parate afecta, claro, pero cuando se pueda, vamos a volver con todo”, cerró Báez, a la espera de que todo se normalice y el deporte vuelva a triunfar por sobre todo.