En las últimas horas se anunció la reapertura de peluquerías bajo un estricto protocolo.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Paola de Arriba peluquera con 15 años en el oficio, explicó que “leí el protocolo para saber lo que nos exigen. En primer lugar, nunca utilicé uniforme y es una de las exigencias que voy a implementar: ropa y calzado de trabajo. También, barbijo y el cabello recogido, sin joyas. Yo suelo tener aritos, collar y anillos, pero ahora ya no”.
En la peluquería es indiscutible el mate, ya que se comparten largas horas de charla. Sobre esto, Paola indicó “invité a mis clientes a que traigan sus propios equipos de mates. Sin joyas, sin nada y con tapabocas”.
Otro detalle es el saludo, ya que tradicionalmente nos abrazamos y damos dos besos por mejilla. “Sin duda eso ya no se hará, ahora tomamos distancia al vernos”.
Con respecto a la higiene del salón, “la peluquería va a triplicar la higiene. Trabajo mucho con agua y detergente por lo que la peluquería es más higiénica que otros lugares. Voy a implementar desinfectar todo el amoblamiento, espejos, piso, sillones”.
Finalmente, deberán tener alcohol en gel y líquido. A esto, De Arriba le sumará “lavandina diluida para tirar en las suelas de los zapatos con un spray”.
Sin olvidar que el espacio debe tener ventanas y puertas abiertas para que circule el aire. “El ambiente, suelo tener todo cerrado por los mosquitos pero ahora voy a trabajar con las puertas y ventanas abiertas ya que pondré mosquiteros”.
Al igual que la mayoría de los peluqueros, Paola trabajará con turnos y personalizado. “A lo sumo dos turnos mañana y dos por la tarde”.