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Para no romper con la cuarentena, sólo cinco representantes salieron a la calle, aunque la realidad es que son más de 200 las personas que dependen económicamente de los gimnasios en esta ciudad. En la mañana de ayer, propietarios y entrenadores de este tipo de establecimientos llegaron a la plaza 9 de Julio para proponer una serie de medidas de seguridad e higiene y que se les permita reabrir.
La marcha se planificó tras presentar varias notas al Municipio y no tener una respuesta. “La idea no es romper la cuarentena, lo que pretendemos es que conozcan nuestra problemática, mostrar cómo vamos a trabajar: habrá higiene, seguridad, cumpliremos con todos los protocolos”, prometió en diálogo con PRIMERA EDICIÓN el entrenador Gabriel Leguía.
“Entendemos que es una pandemia, entendemos la gravedad, pero hay otra realidad y es que nos morimos de hambre si no trabajamos. Necesitamos trabajar cuanto antes”.
Según Leguía, durante la cuarentena cerraron definitivamente más de siete gimnasios en la capital provincial y adelantó que “se seguirán cerrando más, ya que la mayoría no llega a un acuerdo con los propietarios de los alquileres y las deudas se acumulan, va a ser imposible pagarlos. Muchos venden las máquinas para pagar deudas”, reveló.
Pedido desesperado
Luis Faviero, entrenador y propietario del gimnasio Uriel Gym, señaló que “vamos por el segundo mes de cuarentena y tenemos que pagar el alquiler, la luz, el agua, impuestos, que son gastos fijos. Y hay que afrontar todo, todos los meses. Sin trabajar se van acumulando y va a llegar un punto que no vamos a poder afrontar más y tendremos que cerrar. Estamos de acuerdo con la cuarentena y la prevención, pero necesitamos trabajar, si no, no comemos. Esa es la realidad”.
Según los representantes entrevistados por este medio, el rubro antes de la cuarentena “no te dejaba mucho: el alquiler se lleva el 50 por ciento, más impuestos municipales y provinciales. Ahora, lo que queremos es trabajar con el 30 por ciento de nuestra capacidad, con eso generaremos sólo para comer y con suerte pagar los alquileres. Estamos preocupados”.
Leguía agregó que “va a ser imposible pagar las deudas y por eso se cierran gimnasios con más de 20 años en Posadas. Son trabajadores que con esfuerzo pusieron sus máquinas y de eso viven familias enteras. Es traumático, la gente está mal, estamos shockeados, no sabemos qué hacer. Muchos están vendiendo todas las máquinas, que demandaron años de laburo para comprarlas”.
En tanto Luciana Amado Siry, dueña de Espacio Wellness Posadas, añadió que “somos muchísimos los gimnasios de Posadas y atrás de cada uno hay muchos profesores que sostienen a sus familias con este trabajo. La situación es complicada, tal vez seamos uno de los rubros más afectados porque nadie habla de cuándo podremos abrir de nuevo. Mientras tanto, nos estamos preparando con un protocolo estricto, con las normas de higiene, cantidad de personas y un nuevo esquema de trabajo ante esta situación”.
“Función importante”
Para Leguía, entrenador con más de 20 años de experiencia, “realizar actividad física te eleva el sistema inmunológico. Nosotros somos agentes de la salud, los entrenadores y los gimnasios cumplen una función importante. Incluso, trabajamos con pacientes clínicos”, remarcó.
Mientras que Amado Siry coincidió en que “nosotros ayudamos a las personas a estar sanas, a estar activos y fuertes. Los gyms no somos un lugar recreativo, somos espacios donde ayudamos a las personas a mejorar su calidad de vida. Y creemos fundamental poder seguir haciéndolo”.
“En este tiempo se han cerrado ya algunos, es muy triste. En mi caso alquilo las bicis para cubrir algunos de mis costos y los profes, por valores muy accesibles, dan clases online”, contó.
La propuesta
Para comenzar a trabajar, los representantes de los gimnasios posadeños ofrecieron la siguiente propuesta: “Tenemos en cuenta la superficie del gimnasio para establecer la capacidad, que haya una persona cada cuatro metros cuadrados. Si tenés tres máquinas pegadas, sólo trabajará una persona en ella. Será por turnos y cuando sale esa persona de esa máquina, se higieniza”.
En el ingreso de la puerta, los dueños deberán poner un cartel “especificando la superficie y cuántas personas pueden ingresar. Superado ese número, el cliente debe llamar al 911 y denunciar. Ese gym pierde por no cuidar al cliente. Porque la idea es cuidar nuestra salud”, remarcó Leguía.
Respecto a los clientes, “se les tomará la temperatura antes de ingresar y deben tener barbijos. Se limpiarán todas las máquinas con desinfectante, con alcohol diluido y tendremos alcohol en gel”.