En febrero pasado, el misionero Martín Benítez armó las valijas y partió rumbo a Brasil donde se sumó a los entrenamientos del Vasco da Gama. Dejó Independiente, el club donde se inició futbolísticamente, en busca de nuevos aires.
Poco más de dos meses después, en plena cuarentena por la pandemia de coronavirus, y con el fútbol parado en todos lados, Martín habló sobre qué lo empujó a tomar la decisión de irse. “Mi relación con la gente no era lo mejor y en el partido con Fortaleza salí silbado. Eso me molestó mucho y ahí me puse firme en la decisión de querer irme”, dijo al programa Muy Independiente.
El posadeño fue claro. “Yo no me quería ir hasta no salir campeón, pero el club estaba mal y era difícil. Por suerte lo logré y me pone muy contento. A lo último ya no estaba disfrutando. Necesitaba el cambio”, señaló.
El delantero, de 25 años, fue campeón con el Rojo en la Sudamericana 2017 y la Suruga Bank 2018. A principios de este año tomó la decisión de irse, poco después de la llegada de Lucas Pusineri al banco de Independiente.
“Pusineri tuvo un gesto muy noble y me preguntó si podía contar conmigo para el partido con Fortaleza, porque no había jugado ninguno, ni con Racing. Yo quería jugar, viví muchos momentos en Independiente y ese era uno más. Me lesioné en el arranque pero seguí jugando”.
Sobre el actual DT, agregó que “no lo conozco mucho pero rescato que es frontal y va con la verdad. Es bueno para el fútbol y para él, está generando un clima que el vestuario de Independiente necesitaba”.
En medio de la cuarentena, Benítez se encuentra en Brasil, con su esposa, su hija y dos hermanas, con quienes atraviesa el aislamiento.
En Vasco da Gama jugó dos partidos, luego de llegar con una lesión. “La idea era llegar bien al comienzo del Brasileirao. Es raro porque estuve mucho tiempo en Independiente y ahora uno quiere ver si está a la altura de otro equipo, de otro fútbol”.