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Hace un año que Nicolás Franco comenzó su primera etapa de tratamiento para vencer la leucemia linfoblástica aguda (LLA) en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, y esperaba ser trasplantado para seguir con la siguiente etapa.
Después de tantos bloques de quimio, casi un mes en terapia intensiva, días buenos y días con muchas recaídas, este lunes lo trasplantaron y Silvana, la mamá del gladiador posadeño habló con PRIMERA EDICIÓN para contar cómo sigue.
La noticia
“Dos semanas atrás nos avisaron que habían llegado las células madre de Nico desde Europa y el viernes 15 de mayo, Nico entró junto al padre al hospital porque tenía que prepararse durante una semana para la operación”, dijo.
Antes de ingresar, “ambos se hicieron el estudio del COVID-19 y desde ese día no pudieron salir más del hospital. Durante toda esa semana Nico se hizo 9 radioterapias y quimioterapias para matar todas las células cancerígenas y que para el lunes esté en cero”, explicó.
Finalmente, el día llegó y a las once de la mañana comenzaron con el trasplante, procedimiento que duró aproximadamente una hora y media.
“Lo toleró súper bien y a la noche pudo descansar”, contó y agregó que “obviamente tiene otras complicaciones que se relacionan con su enfermedad, pero problemas debido al trasplante, hasta el día de hoy, absolutamente nada”.
Un protocolo diferente
Cabe recordar que el trasplante estaba programado para el 17 de marzo, pero “justo pasó todo esto y nos reprogramaron para los primeros días de abril, pero después se vino todo abajo porque dijeron que era imposible que llegue el trasplante desde Europa por el cierre de las fronteras”, manifestó Silvana.
Como consecuencia, los médicos le propusieron buscar un donante que residiera en el país y, pese a haberlo encontrado, más tarde les dijeron que “no era potable para Nico”, por lo que decidieron esperar un poco más y hacerlo con su dador de Europa.
“Nos llamaron para decirnos que habían conseguido, pero no se quisieron arriesgar y el INCUCAI se vio obligado a traer el que estaba previsto”, explicó.
Además de retrasar la operación, la pandemia mundial también modificó todo el protocolo que suele tener el hospital.
“Antes nos turnábamos para estar con Nico, un día iba el papá, el otro día iba yo y así siempre. Pero ahora sólo uno de los dos podía entrar y se tiene que quedar 20 días como mínimo en el hospital. Después de ese tiempo puedo ir yo y el papá se vuelve a Misiones”, contó.
El lapso temporal tiene que ver con que “dijeron que no podían estar constantemente haciéndonos las pruebas del Covid, pero sí me dieron la oportunidad de viajar en 20 días para poder ver a mi hijo”.
Posoperatorio
Las semanas posteriores al trasplante no serán fáciles, ya que Nicolás tendrá que estar 45 días en extremos cuidados no sólo por la operación en sí, sino porque “sus defensas están bajísimas y se puede agarrar cualquier cosa”.
“Van a ir pasando cosas de las que ya nos fueron poniendo al tanto, así que estamos preparados para esto”, aseguró Silvana.
“Le van a poner una sonda en la nariz para alimentarlo porque le están saliendo llagas en la boca que eso era muy recurrente. También tiene problemas de intestino porque la radioterapia y las quimio te sacan la bacteria del intestino que es fundamental. Por eso, le van a sacar la materia fecal del papá y le van a poner sus bacterias en el intestino de Nico”, relató.
Sin embargo, luego de esos 45 días y si todo sale como lo esperado, Nico pasará otros tres meses bajo observación constante aunque estará en internación domiciliaria. Y después de eso, “ya podría volver a la provincia que es lo que más quiere, ya no aguanta más su ansiedad”, refirió.
Conocer al donante
“Al donante le habían dado dos opciones, viajar a Argentina o simplemente mandar sus células madre”, contó. No obstante, debido a la pandemia, sólo fue factible la segunda alternativa, aunque la familia tiene deseos en conocer quién fue “ese alguien que salvó la vida de mi hijo, quiero abrazarlo”.
No pide más que ver a sus amigos
En el medio de su tratamiento, y con la solidaridad de mucha gente e instituciones, Nico pudo ir cumpliendo algunos de sus sueños como visitar el plantel de Independiente, club del que es fanático, y conocer a su ídola Lizy Taggliani.
Sin embargo, el único deseo que tiene en mente ahora es volver a la provincia para estar con sus amigos. “Recibe tanto apoyo de sus compañeros que nos dijo que lo primero que quiere hacer cuando venga, es ver a sus amigos, no pide otra cosa”.
Finalmente, Silvana agradeció no sólo a los amigos de su hijo sino a todas las personas e instituciones que colaboraron y continúan mandando su apoyo a la familia. “El amor que le mandan, es lo que lo hace salir adelante”, concluyó.
Necesitaba el trasplante
A los 12 años Nicolás recibió la terrible noticia de que padecía una leucemia linfoblástica aguda, uno de los cuatro tipos principales de leucemia que consiste en un aumento anormal de los linfoblastos en la persona que la padece.
La noticia fue un golpe duro para él y su familia, ya que Nico es un amante del deporte y se vio obligado a pausar sus sueños debido a la LLA.
Para tratarla, el niño de 12 años tenía que someterse a un tratamiento de dos años. Asimismo, como con la alteración que tiene Nicolás, podría volver a presentarse la enfermedad, la única solución era el trasplante .
Lamentablemente, pese a que en Posadas existe el tratamiento que necesita, lo cierto es que todavía no realizan el trasplante en la provincia, y esto obligó a Nico a tener que irse a Buenos Aires, lejos de todos sus amigos y seres queridos.
Ya trasplantado, deberá permanecer en la capital nacional durante tres meses más y recién allí podría regresar a Misiones, aunque deberá continuar con los controles mensuales pertinentes.
Mucho amor de la gente
Desde que a Nico lo diagnosticaron LLA, las instituciones y particulares mostraron el apoyo a la familia. Cuando se determinó que tenía que seguir su recuperación en Buenos Aires, las amigas de Silvana comenzaron con una movida solidaria para ayudarlos con los costos del viaje y del tratamiento.
Sumado a esto, los profesores de fútbol de la división infantil del club Mitre, donde el pequeño juega desde hace años y sus compañeros del Colegio Humanista, organizaron diversas iniciativas para reunir fondos.
Además, desconocidos que conocieron su historia, también se movieron para cumplirle algunos de sus sueños.