“Hemos tenido que multiplicar las horas de trabajo para poder cumplir en tiempo y forma, garantizando la calidad educativa, el dictado de las clases y todas las actividades académicas y administrativas asociadas al desarrollo de las cátedras. En esta nueva etapa, todas las actividades que normalmente realizábamos insumen mucho más tiempo y energía”, manifestaron.
En cuanto a los principales aspectos relacionados al “incremento de trabajo y esfuerzos físicos, mentales, emocionales y materiales”, los docentes y no docentes enumeraron “las reuniones y capacitaciones y el flujo de mensajes con los coordinadores; el uso y acondicionamiento del aula virtual; la selección y creación de materiales digitales; el uso sobreexigido de recursos propios; la elaboración de informes; el estrés asociado a la extrema falibilidad de la infraestructura y las herramientas tecnológicas; y el especial seguimiento y apoyo académico y emocional a los estudiantes”.
Finalmente, subrayaron que “estamos trabajando muchas más horas en esta nueva modalidad y si bien este trabajo y esfuerzo adicional se ha visto reconocido simbólicamente por la Universidad con agradecimientos reiterados, no se ha visto reflejado aún en la remuneración recibida”.