Tras la habilitación municipal, el pádel y el golf abrieron el juego en la capital provincial. Los dos deportes se transformaron en los primeros en volver al ruedo tras el parate de más de dos meses provocado por la pandemia de coronavirus. Ayer, tras la novedad, turno mediante y bajo los protocolos vigentes, muchos volvieron a la pasión.
Cerca de las 13, la pelota volvió a picar en El Galpón, uno de los complejos que conforman el Circuito Posadeño de Pádel. “Apenas enterados del decreto, fuimos a la Municipalidad para firmar la habilitación. Arrancamos a las 13 y ya tenemos casi todos los turnos ocupados para la semana que arranca”, explicó a EL DEPORTIVO uno de los referentes del circuito, Sebastián Damus.
El regreso no fue sencillo. “Como todo al principio, cuesta. Hay muchos jugadores que vinieron sin el guante de latex exigido por el protocolo, así que al menos por ahora nosotros estuvimos proporcionando ese elemento. Los clubes están cien por ciento preparados, con los vestuarios cancelados, sin venta de bebidas alcohólicas y sin sillas ni mesas afuera, para evitar que los jugadores se queden”, agregó Damus.
Respecto al regreso de pádel, Damus contó que, tras la reserva previa, los jugadores llegan al club e ingresan “por un camino diferenciado de la salida, separado por postes y cadenas. En principio, deben pasar por una alfombra con lavandina, después por alcohol en gel para las manos en la entrada al predio y luego el termómetro, en la barra. En caso de que alguien tenga más de 37 grados, no lo dejamos ir, tenemos que dar aviso a Salud Pública”.
Los jugadores tienen la obligación de limpiarse las manos con alcohol en gel cada 15 minutos. “Pueden tomar aire algunos minutos, para eso ubicamos asientos separados a dos metros entre sí”, especificó Damus. Una vez que termina la hora, los jugadores abonan con efectivo o débito por el turno. “Ahí tenemos entre 5 y 10 minutos para higienizar toda el área, hasta la llegada del siguiente grupo”.
¿Cómo lo tomaron los jugadores? “La gente está reacia a ciertos cambios como lo del guante o las pelotas nuevas para cada partido. Es que en todo eso pesa también lo económico. Pero bueno, esto es un proceso y tenemos que acostumbrarnos. Esta es la nueva normalidad”, cerró Damus.
Por su parte, el campo de golf del Tacurú Social Club volvió a sentir las “pisadas” de los jugadores, quienes ayer regresaron al predio de Villa Lanús para cumplir con la práctica habilitada bajo un estricto protocolo y control sanitario.
Vale destacar que, para poder utilizar la cancha, cada jugador debió hacer su previa reserva, confirmando un horario de salida con el starter.
En ese sentido, es oportuno aclarar que la salidas se hicieron exclusivamente por los hoyos 1 y 10, con un cupo de cuatro jugadores por salida, quienes a su vez cumplieron con el distanciamiento establecido (dos metros entre cada uno).
El clima acompañó para que los golfistas pudieran acercarse al club de la “Hormiga” y volvieran a caminar por los links para cumplir con la práctica y, de esa manera, dejar atrás una larga pausa impuesta por el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Es importante destacar que se habilitó exclusivamente el campo de golf, mientras que permanecieron cerradas las otras dependencias de la institución, tales los casos de los vestuarios, duchas, lockers, el comedor y el restaurante. Sólo estuvieron abiertos los sanitarios, con todas las medidas esenciales.
Fueron varios los jugadores que, respetando el protocolo y las medidas sanitarias, se acercaron al Tacurú para cumplir con la práctica, que consistió en una vuelta de 18 hoyos.
Por seguridad sanitaria, no hubieron rastrillos en los búnker y las banderas no se podían tocar, razón por la que cada participante debió terminar el juego con el asta puesta.
De esta manera, uno de los deportes habilitados en el protocolo provincial volvió a las prácticas y calmó la ansiedad de sus adeptos, quienes de a poco comenzarán a recuperar el swing.