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Rubén “Fafi” Díaz (64) no dirigió la final de ninguna Copa Libertadores. Tampoco pitó en un Mundial o impartió justicia en un Boca vs. River. Sin embargo, su mayor éxito personal es el cariño que supo cosechar en las canchas de Posadas, primero a puro enganche y con el escudo de Brown en el pecho; después, con el silbato y la palabra justa para manejar un partido que, sin esa sutileza, podría haberse salido de las manos.
Tanto en su faceta de futbolista como en la de árbitro -por la que lo conocen las generaciones más jóvenes- “Fafi” Díaz se convirtió en un verdadero personaje del fútbol provincial.
Por eso, porque conoce del paño, es una de las palabras autorizadas a las que acudió EL DEPORTIVO a la hora de hablar sobre el parate y la crisis económica que golpea a la actividad producto de la pandemia de coronavirus. Y en ese sentido, principalmente sobre la realidad que afecta a un sector del fútbol: el de los árbitros.
Sucede que, como todos los réferis de la provincia, sin fútbol no hay pan en la mesa. “Fafi” fue noticia en las redes sociales al lanzar su propia venta de milanesas caseras, con la que busca aportar a la economía familiar. Reconoce que su situación no es mala en comparación con varios de sus colegas, que hasta el 20 de marzo vivían exclusivamente de la pelota.
Y hace un llamado: “Mi mensaje es que no se olviden de los árbitros. Hay muchos réferis, también profes de escuelitas, que no están trabajando desde hace dos meses y tampoco tienen otro ingreso. Nuestro fútbol está sufriendo con la pandemia y necesita de la ayuda de todos”. La verdad de la milanesa.
“Fafi”, ¿cómo surgió la idea de vender milanesas?
El tema fue así. Cuando se cortó todo por la pandemia, más que nada para no quedarme sin hacer nada, me había surgido esta idea. Y tuvieron que ver dos factores, primero que me gusta cocinar, aprendo todos los días y cada vez me gusta más gracias a mi mujer, Mercedes; y segundo, para generar recursos y aportar a la economía familiar.
El parate fue un golpe en el bolsillo para los árbitros…
Sí, sí, tal cual. Agradezco a Dios porque afortunadamente yo no necesito tanto como otros colegas, pero la realidad es que estamos casi todos en la misma. Y no sólo los árbitros, también por ejemplo los profes de las escuelitas infantiles, que quizás en los próximos días puedan volver a trabajar. Pero al parar el fútbol, todos esos sectores se quedaron sin trabajo. Y muchos se olvidaron de ellos. Entonces eso me preocupa, como a muchos de los que estamos en esto.
La “mila Fafi” tuvo enorme repercusión en las redes sociales… ¿cómo lo tomás a eso?
No sé si me compran porque las milanesas que hago son ricas o por el afecto que me tienen (se ríe). Pero bueno, por fortuna comencé con esto hace casi poco más de un mes y no dejé de vender un solo día. Gracias a Dios, me va bastante bien. Tengo también el apoyo de mi esposa y mis hijos, que no es poca cosa.
¿Y si cambiás el silbato por el pan rallado?
(“Fafi” larga una carcajada y sigue) Mirá, esto impulsó un poco a mis hijos para que me digan que deje de dirigir y me dedique a la gastronomía. Pasa que ya tengo 64 años y a mi edad no es fácil estar toda la tarde bajo el sol en una cancha o toda la noche en el Brown, con el fútbol de salón. Algo de razón tienen. Y después está lo otro. Por mi situación, por la edad, estoy dentro del grupo de riesgo, entonces realmente creo que va a ser difícil que me dejen dirigir una vez que la pelota vuelva a rodar. El día de mañana me gustaría hacer de coordinador para los árbitros que recién empiezan. Algo así. Pero lo de las milanesas no deja de ser una oportunidad.
¿Pudiste hablar con otros árbitros? ¿Cómo es su situación?
Lo que más preocupa es que hay varios que se dedican exclusivamente al arbitraje. Y de repente, se cortó todo. Muchos saben también de albañilería, electricidad, pinturería o de milanesas (se ríe). Pero lo cierto es que hay otros que sólo se dedicaban a esto. Y esos son los que la están pasando peor. Está el caso de Juan Vázquez (N. de R.: cuya historia EL DEPOR reprodujo días atrás), que es exclusivamente árbitro y tiene nueve hijos. Sé que están organizado una venta de pollos para los próximos días, para darle una mano.
Al respecto, ¿qué mensaje podés dejarle a la gente?
Estos días vi un post en Facebook que decía “acuérdense de los árbitros”. Y es cierto, tal cual. Y también de los profes, de los empleados de los clubes, el que atiende la cantina, el que marca la cancha. No hay que olvidarse de ninguno. Uno entiende que hoy por hoy se hable mucho de los jugadores, de los técnicos, pero no hay que olvidarse de estas otras personas. Yo tengo la suerte de que mi familia me ayuda, pero esa no es la realidad de todos. Nuestro fútbol está sufriendo con la pandemia y necesita de la ayuda de todos.
¿Cómo ves la situación? ¿Volverá el fútbol en el corto plazo?
Lo veo muy difícil por la situación sanitaria, sobre todo en Buenos Aires. Pero en las provincias hay realidades diferentes y se nota la contención. Por eso, creo que habría que buscar una manera de abrir, que se vuelva a jugar al fútbol, con protocolos y todo eso. Pero entiendo que no será fácil, se está hablando de septiembre u octubre.
¿Mientras tanto?
Y mientras tanto, no queda otra que aguantar. Y ayudarnos entre nosotros, como podamos. El que tiene trabajo, que lo cuide, porque hay muchos despidos en todas las actividades. Y nosotros los árbitros, el fútbol, esperar. Ojalá todo esto pase cuanto antes y se transforme en un mal recuerdo.