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Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que en los próximos días podrían comenzar a desfilar ante el juez que investiga el homicidio de Romina Elizabeth Rodríguez (35) personas que vieron a los sospechosos en el lugar del crimen tras oír tres disparos de arma de fuego.
El hecho fue perpetrado el martes 2 de junio entre las 7 y las 7.20. De acuerdo a los elementos recabados hasta el momento, el crimen pudo cometerse en medio de un intento de robo en el domicilio de la mujer policía en el barrio Horacio Quiroga de Garupá.
Hay cuatro detenidos en la causa y, según pudo saber este Diario, ayer uno de ellos iba a declarar pero finalmente, por recomendación de su abogado defensor, no lo hizo. Se cree que es el joven de 19 años quien habría dicho en sede policial que los involucrados en el crimen eran los otros tres detenidos y que habrían tramado el golpe tras compartir una noche de tragos y drogas en una vivienda del barrio en donde vivían la víctima y su familia.
Se espera que esta semana comiencen a declarar los testigos que escucharon los disparos y vieron aparentemente a los sospechosos (ahora detenidos) rondar la zona, antes y después del hecho.
Cabe recordar que la pareja de uno de los detenidos habría declarado que luego del crimen, su novio reconoció que mataron a la mujer y se lo confesó. De todas maneras, esto deberá ser corroborado por el juez de Instrucción 2 de Posadas, Juan Manuel Monte, quien investiga la causa.
Hasta ahora, el arma homicida no fue encontrada como tampoco la pistola reglamentaria de la uniformada, que trabajaba en la Dirección Judicial de la Policía de Misiones y cursaba un embarazo de casi siete meses.
Los rastrillajes por la zona se repiten durante los últimos días y se amplió el radio a un arroyo cercano, cloacas y lugares más recónditos del barrio, pero hasta el momento siempre con resultados negativos.
Los detenidos son dos hermanos de 22 y 18 años, un joven de 28 y otro de 19. Todos son oriundos de la misma zona en donde mataron a la suboficial frente a su hijo menor de edad, de un disparo en la cabeza y otros dos en el abdomen, se cree que con una pistola calibre 22.
La víctima estaba remodelando su vivienda y tenía 12 años dentro de la fuerza. Su familia es asistida psicológicamente tras el hecho, sobre todo el niño de seis años.