El Club Atlético Bartolomé Mitre se transformó ayer en uno de los primeros clubes en volver a los entrenamientos de fútbol, después de poco más de dos meses de parate por la pandemia de coronavirus. Poco más de 15 jugadores se dieron cita en Rocamora y se reencontraron finalmente con la pelota.
“Hoy (por ayer) finalmente volvimos respetando todos los protocolos. El entrenamiento arrancó a las 13 y nos dividimos con el profe a los fines de mantener la normativa del distanciamiento social”, explicó a EL DEPORTIVO el entrenador de la Primera, Bruno Smorczewski.
En efecto, los 15 players que formaron parte de la primera práctica de ayer en el estadio Tito Cucchiaroni se dividieron en dos grupos. Por un lado, algunos realizaron trabajos con la redonda en las canchas de fútbol 5 de la entidad. Por el otro, el profe y coordinador del club, Iván Giménez, realizó trabajos físicos en un espacio verde del predio especialmente acondicionado para tal fin.
“Lo principal ahora es trabajar en el reacondicionamiento futbolístico de los jugadores, es decir, moverse siempre con la pelota, cambiar de ritmo, etc. En base a eso iremos evaluando la situación general para, más adelante, profundizar los trabajos y ensamblar todo en los trabajos colectivos”, sintetizó Smorczewski.
Respecto al protocolo, la normativa presentada por Mitre fue aprobada la semana pasada tanto por el Ministerio de Deportes como por la cartera de Salud provincial y la Municipalidad de Posadas. En ese sentido, el club transmitió a jugadores y socios los detalles del mismo, a los fines de ser cumplidos tanto en el Gigante de Rocamora -tal como se conoce al estadio de la avenida Martín Fierro- como en la sede céntrica.
“El protocolo es muy estricto y contempla la vigilancia sanitaria de cada uno de los jugadores prácticamente desde que sale de su casa hasta el ingreso al club. Se tiene en cuenta todo lo que ya se difundió, primeramente en cuanto a la indumentaria, ya que los jugadores deben llegar cambiados al club”, explicó el entrenador, quien luego agregó: “ya dentro del predio del club, el protocolo es siempre con tapaboca. A la hora de entrenar, la normativa permite que la nariz tenga cierta liberación, de manera de que el jugador logre una oxigenación óptima, lo cual es importante sobre todo a la hora de los trabajos físicos”.
Además, tal como lo especifica la reglamentación vigente, los 15 jugadores -de Primera y Reserva- que participaron de la primera práctica de ayer debieron someterse a una medición de la temperatura corporal, además de la higienización de manos y calzados. “Una vez que finaliza el entrenamiento, todos deben juntar sus elementos y retirarse. Se trabaja una hora y nos vamos rápido, porque después ya vienen los chicos de las inferiores y las chicas, que hoy (por ayer) también volvieron a entrenar”, explicó Bruno.
Los chicos están a cargo del subcoordinador Ariel Kinyerski. Y entre turno y turno, claro, los espacios son higienizados.
Finalmente, respecto al estado de los jugadores, Smorczewski aseguró que “físicamente los encontré bien, normal; ahora resta trabajar en lo futbolístico, que creo que es lo que probablemente se haya resentido más.Futbolísticamente cada jugador tiene un ritmo. Y cada jugador le pone su ritmo al juego. Para eso se entrena. Y no es lo mismo entrenar en su casa que en el club, más allá de todos los planes que los profes puedan haber enviado de manera virtual. Esto es un trabajo que será paulatino”, cerró.