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Se trata del policloruro de aluminio o PAC4, que reemplaza al sulfato de aluminio o PAC30, usado desde hace más de cien años en el mundo.
El presidente de la entidad, Sergio Prox, aseguró que este tratamiento “es lo último en tecnología química que se está utilizando en el mundo. Esta nueva sustancia trabaja muy bien en las aguas con alta turbiedad”, que es una de las características de los arroyos de Misiones, y más aún cuando hay precipitaciones.
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En un día normal, la turbiedad del agua del arroyo Guiray, donde está ubicada la toma de agua de la Cooperativa de Agua de San Vicente, es de más de 20 NTU (Unidad Nefelométrica de Turbiedad); con el cloruro de aluminio, salía con una turbiedad de 4 NTU, mientras que con el PAC4 es de menos de 1 NTU.
Prox explicó que “tomamos la decisión de probar este nuevo producto y, desde hace un mes que lo estamos usando, estamos viendo que tenemos mejor calidad en la limpieza del agua y de paso se está economizando en los costos”.
El presidente de la cooperativa, que es técnico químico, explicó que “según el Código Alimentario Argentino, el agua para el consumo humano tiene que tener hasta 4 NTU en la escala de turbiedad. Con este producto estamos sacándola a menos de uno en el tanque. En un día normal, el agua cruda que nos llega a la planta potabilizadora llega a ser de 20 NTU. El agua mineral embotellada que compramos en los supermercados tiene que tener 1 de NTU y nosotros la estamos igualando con este proceso de limpieza”, se jactó.
Detalles del proceso
Luego detalló cuáles son los dos procesos de potabilización del agua: “Uno es la limpieza del agua, que es donde se le agrega este producto que estamos utilizando ahora. Antes usábamos el sulfato de aluminio y había que agregarle hidróxido de calcio (cal) para obtener el PH neutro, porque el sulfato de aluminio deja el agua muy ácida. Con ponerle sólo este producto, que es más concentrado, obtenemos el PH normal o neutro”.
“La otra parte es la salubridad o el proceso de desinfección del agua, que es lo más importante para el consumo humano. Acá se le agrega hipoclorito o cloro, que es el producto más potente y a su vez más económico para este proceso. Si comparamos con el agua de un arroyo, vemos que puede estar sucia, pero si la desinfectás con hipoclorito o cloro, por más que esté sucia, es potable”, aclaró.
Un reclamo que siempre hacen los usuarios de agua potable es el gusto a cloro. Prox explicó por qué se da en algunas oportunidades: “Se suele largar con un poco de cloro el agua en la salida del tanque porque suele perder su efectividad a medida que va por las cañerías. La idea es que el cloro trabaje en el tanque del usuario, por eso se le larga un poco más fuerte que lo usual. El problema con el gusto a cloro que el socio alega se produce cuando recién recibe el agua”.