Un gendarme misionero fue procesado por el homicidio de Facundo Ariel Scalzo, el joven muerto a balazos por la espalda hace 13 días en el barrio Rivadavia del Bajo Flores porteño, aunque quedó excarcelado por orden de la Cámara del Crimen.
La jueza en lo Criminal y Correccional 55, Alejandra Alliaud, procesó hace pocas horas al gendarme por “homicidio calificado por tratarse de personal de una fuerza de seguridad”, delito contemplado en el artículo 80 del Código Penal.
La magistrada también dispuso convertir en prisión preventiva la detención de Rocha, pero en paralelo a esta resolución, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal resolvió el martes otorgarle una excarcelación bajo caución juratoria. Además dictó falta de mérito para los otros dos gendarmes involucrados, quienes ya fueron excarcelados por la propia Alliaud, quien les fijó una fianza de 100 mil pesos.
La magistrada consideró que en este momento de la instrucción de la causa no existen suficientes pruebas para procesarlos ni para sobreseerlos, más aún cuando restan producirse varios peritajes sobre proyectiles, ADN y un video.
Respecto de la excarcelación del misionero, los camaristas Alberto Seijas e Ignacio Rodríguez Varela le impusieron como condición la imposibilidad de acercarse a menos de mil metros del lugar del hecho y del domicilio de la familia de la víctima y que cada 15 días debe comunicarse con el juzgado. La clave para el procesamiento fueron las conclusiones de la autopsia -a la víctima la mataron de dos tiros que entraron por la espalda- y una pericia balística comprobó que de su pistola reglamentaria 9 milímetros partió el proyectil que quedó alojado en un brazo de Scalzo (20).
Para la jueza Alliaud, el gendarme disparó cuando Scalzo corría en dirección opuesta y al balearlo por la espalda excedió el límite de la justificación. El sospechoso admitió en su declaración indagatoria que disparó contra Scalzo, mientras que los restantes sólo tiraron al aire.
Otros resultados balísticos ya habían establecido que cuatro de las vainas servidas recolectadas se correspondían al arma del imputado, dos de las cápsulas coinciden con la pistola que tenía el otro uniformado y siete con la 9 milímetros incautada en el lugar y que los gendarmes le atribuyen a Scalzo.
Alliaud intenta determinar si la pistola Bersa secuestrada en el lugar, y desde la cual aparentemente se hicieron disparos, la llevaba Scalzo o si la portaba alguna otra persona que participó de los incidentes previos al crimen.
El hecho ocurrió el miércoles 17 de junio por la tarde cuando los tres gendarmes fueron alertados por vecinos del barrio Rivadavia que ocho personas amedrentaban a una mujer. Siempre según la versión de los gendarmes, cuando llegaron a la esquina de Storni y pasaje Roldán se encontraron con dos jóvenes armados con los que mantuvieron un enfrentamiento, producto del cual Scalzo cayó muerto.
En tanto, un testigo como la madre del joven muerto declararon luego ante la jueza de la causa que la víctima no portaba armas